viernes, 19 de diciembre de 2008

Interpretación melancólica

Ayer auguraba otro día aburrido sin mucho que hacer, porque con la crisis dichosa, las empresas evitan costes innecesarios, y apenas hay trabajo de traducción (y, si lo hay, por favor decidme dónde porque yo no lo encuentro). Pero la ley de Murphy es maléfica, y te acecha constantemente, para vigilar un momento de debilidad y poder atacar. Ayer por la mañana, justo cuando estaba en mitad de una traducción, me llamaron para ver si podía ir a un buffete de abogados a realizar una interpretación... esa misma tarde. Al principio me sentí un poco reticente, porque tenía que viajar durante más de una hora para llegar al lugar, y es tiempo suficiente como para que me llegue alguna traducción importante y no pueda aceptarla. Pero ante la insistencia del hombre al otro lado del teléfono, decidí ir y conseguir, al menos, algo de dinero extra.

Llegué al lugar (que estaba a tomar por culo a la derecha) y tuve que esperar. Un poco más tarde, llega una mujer con dos niñas gemelas, preciosas. Era la mujer a la que tenía que hacer la interpretación. Yo no tenía ni idea de lo que iba, porque el hombre de la agencia parecía tan desesperado que ni siquiera se dignó a explicarme el tema. Entré con ella al despacho de la abogada, saludamos, nos sentamos y empezó la cosa. Resulta que la mujer (Alina) era cubana y se había venido a Londres con su marido, quien meses atrás la había maltratado. Estaban én situación de divorcio pero como ella había venido a Reino Unido bajo custodia del marido (es decir, te dan un "visado condicional", a condición de que dependas del marido, es decir, sin trabajo), no tenía trabajo para mantenerse, para comer ni para pagarse un hotel. Así que el asunto estaba en conseguir que el marido pagase el hotel, porque tenía una orden de alejamiento y no podían vivir juntos, pero claro, el marido llevaba sin pagar 6 semanas porque no trabaja por enfermedad. Y la mujer que no paraba de llorar porque no tenía forma de pagarse un sitio donde vivir, ni la comida para sus hijas (tiene tres)... y la verdad es que se me encogía el corazón al ver que, debido a su situación, no tenía papeles para poder trabajar en Reino Unido, pero tampoco los podía conseguir, a pesar de tener una carrera como entrenadora física. Y que ni siquiera, por el bien de sus hijas, ¡¡el gobierno británico podía ofrecerle una casa!!

Me sentí impotente, no solo porque yo no podía hacer nada para ayudarla (¿qué puedo hacer si vivo en un piso enano y apenas estoy ganando dinero para poder pagar mi propio alquiler?), sino porque veía los impedimentos que la política nos añade a la vida, ya de por sí muy dura. Qué triste es ver que se necesiten tantos permisos y papeleos para poder entrar en un país, para poder vivir en un país, para poder pedir trabajo en un país, para poder trabajar en un país, incluso para poder considerado "persona" en un país... Y que, por culpa de eso, haya gente en la situación de Alina que, necesitando y queriendo trabajar, queriendo residir en un país, no pueden porque tienen que esperar no sé cuántos años a que los gobiernos de sus países se pongan de acuerdo en aceptarle la visa. Y, al mismo tiempo, saber que hay holgazanes británicos, viviendo del paro y de las ayudas estatales, que no quieren trabajar porque, ¿para qué, si el estado se lo paga todo?

La verdad es que la vuelta a casa me dio qué pensar. Me quedé en un estado de melancolía, como si flotase en un aire espeso de humedad. De pronto, mi visión de la vida se movió a un punto más abierto, más elevado, desde donde podía ver aún más cómo nos peleamos los unos con los otros, cómo nos dificultamos la vida en vez de ponérnoslo fácil... ¿Por qué tanta barrera política? ¿Por qué no intentamos ayudarnos mutuamente? Hoy por ti, mañana por mí, hoy aquí, mañana allí... Tú vienes a mi país a trabajar, yo voy al tuyo a crear empleo... ¿No sería un mundo mejor? Hay demasiado odio ya como para seguir poniéndonos trabas, pero los políticos parecen no darse cuenta.

Y así vi como mi interior cambiaba, aunque fuese solo un poquito, tocado por la vivencia de ese día, por la impotencia de ver que para la gente que tiene poder, las personas no son nada.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Por fin dio señales de vida...

Llevaba mucho tiempo sin saber de Carles, mi gran amigo de la universidad. Diría que ni me acuerdo de cuándo fue la última vez que hablé con él. Son cosas que no se apuntan en un diario porque nunca te esperas que alguien que, para ti, era como un hermano, decida un día dejar de hablarte, dejar de comunicarse contigo, desvanecerse, no mediar palabra e ignorar todos y cada uno de los correos y mensajes enviados. Al final, imagino que desistí, aunque siempre quedaba algo de esperanza, ya que seguía preguntando a los amigos comunes si sabían algo de él y que, si lo encontraban, que le dijesen que diese señales de vida.
No es que me hubiese olvidado de él, no. Como ya dije, hay gente que pasa por tu vida y se va sin dejar rastro. Otros, te señalan, te cambian la vida, te hacen evolucionar y dejan una huellita dentro tuyo que te impide que te olvides de ellos. Al igual que algunos de los que conocí durante mi estancia en la universidad, en Vic, Carles es una de estas personas que forman parte de tu personalidad. Lo que sí diría es que me acostumbré a vivir sin su presencia, sin tener que acudir a él a contárselo todo, a compartir experiencias o simplemente decirle que había escuchado su canción preferida en la radio y me había acordado de él. A pesar de sentirme durante tanto tiempo tan sola en Londres, sin amigos a los que realmente pudiese considerar amigos, dejé de insistir porque llevaba ya mucho tiempo hablando con algo que no me devolvía respuesta alguna. A lo mejor dejé de hacerlo porque me convertí en alguien solitario. A lo mejor lo hice porque creí que tenía yo algo de culpa y nunca me lo llegaría a decir. No lo sé y no creo que nunca lo sepa.

El «Reencuentro» ha sido un poco extraño. Al principio fue como un grito de "¡Por fin!". Luego pasó a algo más bien... "La próxima vez que me dejes de hablar, te doy una colleja". Después de disculparse, me explicó que había intentado apartarme por miedo a sufrir, porque realmente había sentido que no podría soportar que me hubiese ido tan lejos (a Londres), y que no sabiendo qué hacer, creyó que lo mejor era cortar todos los lazos que le unían a mí. Pero claro, cuando volví a reaparecer (gracias a Facebook y mi insistencia), se le cayó el mundo encima. Y bueno, las disculpas aceptadas. Creo que en esta vida perdemos a demasiados buenos amigos por tonterías y por miedo a pedir perdón, y yo ya había perdido a demasiada gente.
Pero yo creo que lo que más me hace sentir aliviada de no sentir rencor porque esta persona me ha dejado abandonada durante tanto tiempo es el hecho de haber estado en Londres tanto tiempo, sin nadie que me entienda al 100%, que comparta mis gustos, aficiones, nadie con quién pueda sentirme segura... ¡nadie a quién considerar alma gemela!... Todo lo que aquí he pasado me ha hecho cambiar mi forma de ser. En algunos casos para mal, pero en otros para bien. Hay que aprender a perdonar si la persona se lo merece. El pasado, pasado está, y el rencor destroza el corazón, destroza a la persona, la convierte en alguien mísero. El rencor hace que las personas se queden solas.

En fin, no mucho más que decir. Solo espero que no haya sido en vano y, sobre todo, espero que las amistad vuelva a ser lo que fue en su día. Porque todos necesitamos amigos, pero los buenos amigos no se consiguen cada día.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Murphy's Law... O la ley de Murphy

Como tantas veces, el Sr. Murphy vuelve a tener razón. Aunque esta vez no me puedo quejar de que me haya pasado. El mes pasado fue muy duro, laboralemente hablando. La mayor fuente de ingresos que tenía dejó de existir, y Octubre no es un buen momento para introducirte en agencias de traducción o convencer a gente para que te escoja en pos de otros, por lo que, a pesar de mis insistencias, en la mayoría de las agencias me ignoraban o me decían que ya me enviarían, pero nunca enviaban nada. Y así estoy, enviando una cantidad innumerable de currículums a compañías nuevas, pero pocos son los que dan respuesta alguna. Y es que, entre la crisis y que no es la mejor época del año, me da la sensación de que estoy en la profesión errónea.

Como decía Murphy: "Si algo puede salir mal, saldrá mal". Cuando decidí rechazar la oferta en EA para quedarme en casa haciendo lo que había soñado hacer desde que empecé la carrera sabía que había posibilidades de que la situación en la que estoy ocurriese. Porque, dicho sea, trabajar de forma autónoma no es la forma más segura de saber exactamente cuánto dinero entrará en tu cuenta bancaria cada mes... si es que entra algo. Los riesgos haberlos, hailos, pero tal vez confié demasiado en mí misma como para hacer caso a la vocecita en mi interior. Porque, a ver, sí que es verdad que hay épocas malas, pero si a todo el que decide meterse a traducir de forma autónoma le fuese mal, no quedarían traductores. Así que pensé que a mí no me pasaría. Bendita ilusión. No había caído con que la crisis vendría justo en el momento en el que hay menos movimiento de traducciones, justo en el momento en que Synthesis decidía "prescindir de mis servicios" abogando razones un poco sospechosas, justo en el momento en que más necesitaba el dinero...
Porque, "si algo puede salir mal, saldrá".

Y aquí estoy, adquiriendo una rutina diaria de llamar a todas las puertas posibles, de volver a visitar y recordar que sigo existiendo. Pero parece que ya he llegado demasiado tarde para que me consideren "traductora habitual" y solo pertenezco al grupo de los de "por si los habituales tienen demasiado trabajo, enferman o se mueren"...


Si alguien me hubiese avisado de que iba a encontrarme en una situación así, no habría dicho que no a EA. Me habría quedado con ellos aunque acabase harta de viajar, aunque trabajase como una burra, aunque mi día se limitase a trabajar, regresar a casa y dormir... pero, al menos, tendría un sueldo fijo a final de mes y estaría adquiriendo experiencia en algo que me sirve para el futuro. Es de las pocas veces que me arrepiento de no haber hecho algo y, encima, me tengo que tragar las malas consecuencias.

Y es que Murphy se empeña en recordárnoslo... "Si existe la posibilidad de que varias cosas salgan mal, la que cause más prejuicios será la única que vaya mal".

Curri

domingo, 16 de noviembre de 2008

Atardeceres en Mallorca

Había olvidado lo preciosos que son los atardeceres. Y aún más bonitos en Mallorca. Bueno, más que bonitos, son especiales. Tienen su encanto.

Estando en Londres he visto muchos atardeceres preciosos, pero solo ocurren si tienes la suerte de que sea un día despejado, tal vez con algo de nube, pero despejado, que puedes ver el cielo azul-grisáceo y también algo de luz. Si no, son solo nubosos, tristes y con algo de tenebrosidad.

Y para que veáis a qué me refiero, aquí van unas cuantas imágenes que saqué desde la casa de mi madre:

Estas dos las saqué el 13 de noviembre (2008)
Sí, es el mismo día, aunque no lo parezca. Llevaba todo el día despejado y al final de la tarde, empezaron a llegar las nubes, y coincidió que justo en el momento en que el sol se escondía tras la montaña, se veía lo primero (17:25h) y, una media hora más tarde, lo segundo.




Estas dos son del día siguiente, el 14 de noviembre (17:40h).







Esta la saqué el 16 de noviembre, domingo, que fue un día con el cielo completamente ralo, sin una nube, con un azul precioso que hacía tiempo que no veía. Eran las 6 y poco de la tarde y es la mayor luz que he visto a esta hora en los últimos 3 meses.




Que las disfrutéis. Abrazos.
Curri

jueves, 13 de noviembre de 2008

Mi sobrina Elena






Una de las mejores cosas de las que puedo disfrutar mientras estoy en Mallorca es de mi sobrina Elena, la hija de mi hermano. Tiene año y medio y es más pilla... De momento no habla, solo grita, ríe y corre. Corre mucho. Me gusta, porque está muy bien educada. Sabe si ha hecho algo malo, porque se queda quieta, mira hacia abajo y ni llora ni nada, como si estuviese esperando a que le echases la bronca. Muchos niños tendrían que aprender.

Lo que siempre descubro y me sigue sorprendiendo es que, en general, hacer fotos a niños es bastante duro. No tan duro como aquella vez que hice fotos a los fuegos artificiales, pero se le acerca. El fondo, ambas cosas son muy imprevisibles y, sobre todo, no paran de moverse :) Pero así voy cogiendo práctica para cuando me toque hacer fotos a mis hijos (por favor, ¡que me salgan tranquilitos!).

Bueno, me hacía ilusión contar sobre ella, ya que sólo la veo cada muchos meses y cada vez me parece más guapa y, sobre todo, más personita.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La hermana pequeña, al rescate

Todo empezó hace unos meses, cuando mi hermano y mi hermana decidieron crear una empresa, llamémoslo ampliación del trabajo que ya hace. Y, como pasa en todas las familias, el miembro menor es el último en enterarse. Lo poco se sé es porque mis padres no saen guardar secretos (si es que alguna vez se llegó a considerar como secreto), pero claro, entre lo que mi hermano les debe contar (poco y mal contado) y lo que ellos me cuentan a mí (aún menos y distorsionado), poco sabía yo de su nueva aventura. Este verano, cuando fuia ver a mi madre, conseguí que mi hermano me dijese el nombre de la empresa (con lo cual, es un gran paso) y ahí quedó la cosa.

Hace dos semanas, me llamó mi hermana, diciéndome que a mi hermano (Toni) le vendría muy bien que le fuese a ayudar porque quería que no sólo de tradujese el sitio web del nuevo negocio, sino que también quería que me encargase de ella, actualizarla, rellenarla de cosas, etc. Y bueno, como me he pasado un mes sin casi hacer traducciones, aburrida y sintiéndome inútil, pues creo que ahora es el mejor momento para hacer algo así. De momento, me había encargado hacer la traducción de todo el texto al catalán y al inglés... sí, esa ha sido mi única fuente de conocimientos sobre a qué se va a dedicar mi hermano de ahora en adelante.

De momento todo va tranquilo: ir a su oficina, mirar la página que han creado y pensar qué cosas faltan... Ya, pero, ¿cómo voy a saber lo que falta si no sé lo que debería haber? Siempre igual, vaya familia de locos. Pero bueno, al menos es ua tarea más o menos fácil: solo tengo que pensar qué es lo que yo pondría en una página web para poder vender un producto (sin especificación del producto, claro). Y bueno, aprovecho para dar publicidad de ello :) www.binot.es

Aprovechando que estoy en Mallorca y que mi hermano trabaja en un parque tecnológico, donde muchas empresas han puesto oficinas, me voy a dedicar a ir de empresa en empresa y ver si puedo convencer a alguien para que me escoja para hacer traducciones de documentos y páginas web. Sí, es cuestión de sacarle partido y jugo a todo lo que se hace. A ver si así consigo tener algún que otro cliente más que me ayuden a superar el mal momento laboral por el que estoy pasando, porque madre mía, voy a llevarlo muy mal como pase otro mes trabajando tan poco.
Espero que haya suerte.

A cuidarse,
Curri

miércoles, 5 de noviembre de 2008

I had a dream... that has come true...

Si Martin Luther King estuviese vivo, tal vez habría podido decir esa frase. Aunque, bueno, si él estuviese vivo, tal vez habría sido él el primer Presidente de raza negra de Estados Unidos (o, mejor dicho, el primer presidente que no es de raza pura blanca). Y es que, por fin, lo que el resto del mundo cree correcto es lo mismo que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses.

Me he despertado esta mañana con la buena noticia de que Barack Obama había ganadp las elecciones (bueno, que había arrasado, decían algunos). Y aunque no viva en EE. UU. me alegro por el mundo. Me alegro por el mundo y por los ciudadanos de EE. UU. que nunca habían tenido la oportunidad de conseguir el cambio, de conseguir alguien que, al menos en aparencia, es menos corrupto que el resto, alguien que tanto se parecía a ese Kennedy que anunciaba el cambio en EE. UU. Y de verdad espero que todo salga como parece, que Barack cumpla su promesa y haga lo que anunció. Y no solo eso, también espero es que el resto del mundo siga el ejemplo: que dejen de mirar a la gente por su exterior y la gente empiece a ver en el interior de la gente. Da igual cuál sea tu raza o si eres hombre o mujer: todo el mundo es capaz de conseguir lo que se merece. Y más aún si eso significa hacer algo por ayudar al mundo.

Me quedé pensando durante un rato, pensando si en España pasaría algo así pronto. Un país que lleva abierto al mundo solo apenas 35 años, en el que la mujer cada vez tiene un papel más importante, en el que, por fin, vemos casi tantas mujeres políticas como hombres... Me pregunto si España conseguirá algo parecido, si el español podrá fijarse solo en lo que un candidato a la presidencia es capaz de hacer, sin darle importancia a si es hombre o mujer o gay o de qué raza es. Me gustaría poder ver que en España se ha acabado el racismo y el machismo, que la gente por fin actúa como personas y no con prejuicios inculcados con tantos años de represión. Porque creo que ya va siendo hora de ese cambio en España, de que desde fuera se nos mire mal porque un grupo de gilipollas creen que es gracioso meterse con un conductor de Fórmula 1, un jugador de fútbol o quién sea, únicamente porque tienen un color de piel diferente al suyo. ¿Será posbile que ese cambio ocurra algún día?

I have a dream... y espero que se haga realidad.

jueves, 30 de octubre de 2008

La vida es un viaje en tren

¡Hola!

Quiero compartir algo que escribí hace un tiempo y que tenía escrito en un cuaderno que me traje a Londres hace ya 4 años. Ya me diréis.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

16 de mayo de 2004 (16:00h, en el tren de Vic a Barcelona)

La vida es como un viaje en tren por un lugar que, aunque conocido, siempre tiene algo de nuevo, curioso, místico, impredecible. El fondo es, más o menos, predecible: lo vas viendo constantemente, lo ves, está ahí, se mueve muy poco a poco. Pero, a medida que acercas la mirada hacia el tren, te vas fijando en las cosas que están más cerca del tren; las ves pasar rápidamente… Unas te las esperas: son los árboles que hay en el camino, a los lados de la vía. Otras aparecen de pronto, dándote un susto inesperado… golpeando tu corazón y haciéndolo latir rápidamente.

De toda esa gente que ha ido pasando por tu vida, por tu corta vida… ¿cuántos se han bajado en tu estación y se han quedado? ¿20? ¿15? Muy pocos, muchos menos de los que había al principio y muchos menos de los que habrá al final.

En este viaje en tren, más que objetos, observo colores que van apareciendo y desapareciendo por la ventana, como si el tren fuese un pincel sobre una paleta de colores, esperando a untarse de uno de estos colores. Cojo un color, uno solo, y siento como su tacto que se escurre entre mis dedos. Es como una arena líquida que hace aguas de diversas tonalidades del mismo color… Puedo sentirlo…Puedo, incluso, olerlo. Es un olor particular. Un olor que nunca antes había olido… Un OLOR a COLOR.

De vez en cuando, el tren pasa por túneles, túneles negros que hacen que el color desaparezca… y el olor también. “¡Sal ya del túnel!”, pienso una y otra vez. Pero a veces los túneles son largos y lúgubres y parece que no acaban. Entonces cierro los ojos e imagino mi mundo de color… Pero falta una cosa: EL OLOR; el olor no me llega y eso hace que vea los colores difuminados… Por fin la luz, los colores y olores… ¡El mundo!

Pero el viaje sigue. Sigue su rumbo. A veces se retrasa, o eso parece. Es, más bien, una ralentización del transcurso de la vida, un parón para recoger fuerzas, con sus más y sus menos… Se frena la vida para solucionar un imprevisto, pero el viaje siempre sigue, nunca para porque el tren tiene que llegar a tiempo a su destino. Sí, tras esta pequeña demora, retoma el camino, acelerando, intentando ganar (o recuperar) el tiempo perdido.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Curri

domingo, 12 de octubre de 2008

Viaje a Turquía

Después de 6 noches sin apenas dormir, mucho dinero gastado (no quiero ni mirar la cuenta), muchos sitios y monumentos visitados, muchas fotos sacadas (982)... ya estoy de vuelta. La experiencia ha sido genial.

Primero, estar en un país con una cultura diferente, un idioma diferente, unas costumbres distintas... Y ahí estábamos nosotros, un grupo de lo más variopinto, las chicas mostrando hombros y piernas sin reparo y los hombres en pantalones cortos y chanclas. Lo que primero nos llamó la atención fue que todo el mundo nos miraba. Mira a cada uno de nosotros, porque se nos veía muy diferentes a ellos: una danesa (rubia), una irlandesa (blanca piel y ojos claros), un hijo de caribeños (alto, negro y con gafas de sol en plan cool), un inglés hijo de india y afgano, un francés alto, un alemán con la piel graciosamente blanca y ojos azules, una galesa con ojos achinados... en fin, que la única más "parecida" a ellos era yo, y me confundían por una turca (algunas veces me hablaban en turco), pero que, claro, tenía demasiada piel al descubierto.

Nos chocaron los baños públicos en Bursa (la ciudad en la que estuvimos para la boda), ya que todos eran un agujero de cerámica en el suelo, con un grifo y un recipiente de plástico para echar agua al "inodoro". Sé que en Japón hay muchos, y en Francia, en algunos sitios también, pero yo nunca había visto ninguno, y menos aún me imaginaba que fuesen algo tan normal.

Lo gracioso del viaje fue ver como a Derren le paraban por la calle para hacerse fotos con él, como si de un famoso se tratara (¡con lo poco que le gusta ser el centro de atención!). Algunas madres le daban a sus hijos para que los cogiera y hacerse una foto, como si fuese un dios que transmitiese poderes o algo así. Algunos le preguntaban por su nombre o soltaban nombres de personalidades famosas: ¡Carl Lewis! ¡Denzel Washington! ¡Eddie Murphy!...

Por otro lado, la boda, mitad turca mitad "occidental". Nuestro grupo (los amigos del novio) fue el alma de la fiesta, los que hacíamos ruido, gritábamos y salíamos a hacer bailes chorras. Los amigos y familia de la novia nos retaban a la danza del vientre y ofrecían dinero al que lo hiciese bien. Y acabamos todos juntos bailando un intento de danza del vientre que parecía más bien alguien con agujetas intentando imitar a Shakira... en fin.
El problema del idioma fue mucho más grave en Bursa que en Estambul. Poca gente en Bursa entendía inglés (solo en comercios y algunos jóvenes) y hablando con señas a veces los confundía aún más. Pero más o menos nos apañamos. Yo intenté decir un par de cosas en su idioma (como por ejemplo, "la cuenta", o "cuánto dinero") pero parecía que no me entendían, así que acabamos usando el método "voy a gritar a ver si así me entiendes" :)

Si no habéis estado en Estambul, vale la pena ir. Tampoco diría que es la ciudad más maravillosa (algunas ciudades españolas le dan mil vueltas), pero tiene cosas curiosas, como estar en dos continentes diferentes sin cambiar de ciudad, o ver que la ciudad está partida en tres trozos de tierra, o ver las mezclas del pasado y del presente en el mismo sitio. Tranvías por la parte antigua de la ciudad y coches que se caen a trozos, edificios de un millar de años en el casco antiguo y torres de vidrio ultramodernas.


Más cosas. Los gatos y los perros callejeros están super bien cuidados. Al parecer, los restaurantes y tiendas se encargan de darles las sobras y a los perros los vacunan y les ponen una placa para que la gente sepan que no hay problema con ellos. Y la verdad es que es una maravilla ver a los animalitos acercarse a ti y que los puedas tocar sin miedo. Eso sí, son más listos que el hambre. En cuanto te ven que te sientas en un bar, ahí los tienes, maullando como si hiciese meses que no comen. Y te apiadas de ellos y les das un trozo de tu carne y te pide más, y le das otro trozo... y luego sale el dueño del bar y se va a una esquina y ves como le pone en un platito comida... y te quedas con una cara de bobo. Los gatos te engañan. En Turquía, en España y en tó el mundo. Pero seguimos siendo tontos y los creemos, jajaja.
Ah bueno, y por último, el tráfico. ¡La carretera es la selva! ¿Los intermitentes? ¿Pa qué? Yo me voy metiendo así poquito a poquito y ya me dejarán pasar. Los taxis, a velocidades impresionantes por calles peatonales. Yo creía que los taxistas en España eran caraduras y tenían coches que solo les faltaban alas para volar. Pero, amigo, en Turquía los autobuses hacen maniobras en la autopista. Estás en un autobús con 50 personas más, y en medio de la autopista ves gente en el arcén de la carretera levantando la mano... el autobús se para y ellos suben. Sí, en medio de la autopista. Y si vives a las afueras de la ciudad, cerca de la autopista, pues simplemente le dices al conductor que se pare... ¡¡y se para!! ¿No es genial? En serio, lo flipé, porque a nososotrs siempre nos han enseñado lo peligrosísimo que es pararse en una autopista y bueno, de hecho está prohibido caminar por la autopista. Pero ahí se ve que no (o si lo está, la gente no le hace mucho caso).
Me parece algo increíble, en serio, en el buen sentido. Me encantó ver las diferencias entre nuestra cultura y la suya, cosas que para nosotros serían impensables, para ellos son el pan de cada día. Y visitar un país tan diferente te ayuda a abrir la mente. Y creo que a muchos españoles le vendría bien algo así.
No sé si me dejo algo en el tintero, pero bueno, siempre puedo volver y añadirlo.
Un abrazo,
Curri

viernes, 10 de octubre de 2008

Hoy era mi regreso del viaje a Turquía, y después de la buena semana que había tenido, creo que me ha sentado aún peor. La empresa que me enviaba un flujo constante de traducciones ha decidido prescindir de mis servicios. Según argumentan, por la mala calidad de mis traducciones.
Me duele.
Me duele porque lo dejé todo por estar aquí, cada día, haciendo lo que he querido hacer en los últimos 10 años. Me duele por cómo ha sido todo. Me duele porque todos los dedos apuntaban hacia mí y ninguno se miraba el suyo. Me duele porque me acusaron de cosas que no eran culpa mía. Me duele porque he puesto mucho empeño, mucho tiempo, mucho estrés y mucho entusiasmo en ello. Me duele porque sentí que me insultaban cuando decía "esto no está escrito por un español" (cuando estas palabras provenían de un italiano). Me duele porque pareció todo un complot, seguramente una forma de reírse de la vida que nos da tantos golpes, una y otra vez... Me duele porque lo veía venir y no he podido hacer nada para evitarlo.

Diría que me duele porque ahora me veo como perdida, sin nada, justo ahora que necesitaba dinero... pero el dinero no da la felicidad. Hacer lo que te gusta sí. Y me han jodido, porque eso me gustaba, a pesar de las dificultades que aparecían día a día.
Me duele más por la inseguridad que ha creado en mí, un miedo al fracaso que casi tenía olvidado.

Así que, la aventura de buscar trabajo ha vuelto a mi vida, con la única diferencia de que, ahora, no tengo ese colchón de dinero que me daba seguridad. La aventura se ha convertido en búsqueda desesperada. Pero pocas veces me he rendido. Lloro, maldigo todo lo que me pasa, me seco las lágrimas, sonrío... y parece como si las fuerzas volviesen.

Y aquí estoy, preparada para seguir.
Un abrazo.
Curri

miércoles, 1 de octubre de 2008

El flequillo...

La he vuelto a armar.
Y lo peor es que no es la primera vez. Cuando iba a preescolar, estaba en la clase (aún lo recuerdo) y empecé a jugar con el pelo y, con curiosidad, se me ocurrió preguntarme cuánto me mediría el pelo. Así que, ni corta ni perezosa, cogí un mechón (pequeñito, eso sí), de los de la parte de delante, y con las tijeras de artes plásticas... ¡ZAS! Le metí un tijeretazo al mechón (desde la raíz). "Ah, pues sí, tengo el pelo bastante largo..." La curiosidad mató al gato.

Recuerdo llegar a casa y mi madre dio un grito: "¿Pero qué te has hecho?" "Nada mamá, es que quería saber cuánto me medía el pelo". Y bien orgullosa que estaba yo con mi ocurrencia. A más de uno le encantaría poder ver la cara de mi madre en ese momento. A mí no me gustó.

Pues estaba yo el lunes, tras la ducha, pensando en que tenía el pelo ya muy largo y me tendría que hacer un corte. Y como es habitual en mí, cogí las tijeras para escalarme un poco el pelo... como he hecho tantísimas veces y me queda siempre bastante bien. Pero no, el lunes fue distinto. No sé si es porque iba con prisas, porque no quería "manchar demasiado" o, simplemente, porque se me fundió una neurona en el cerebro, pero en vez de cortarme el pelo mirándome al espejo (como hago normalmente) lo hice a ciegas, cogiendo el mechón correspondiente y cortando como normalmente hago... con la única diferencia que, ni me miré al espejo y, encima, esta vez, lo hice demasiado corto. Eso es lo que pasa cuando te fías de las distancias cercanas.




Y así me quedó, con un mechón saliendo de la nada. Si es que no puedo hacer ná con él. Me lo tiro p'atrás, y se me cae p'alante :)
¡No veoooo!


La culpa es de las peluquerías de Londres, que son muy caras. Y claro, paso de ir a una, intentar explicarles lo que quiero que me hagan en inglés, que me entiendan (porque esto también es importante) y luego, hagan una mierda. Y encima, te enseñan la factura, ¡pum! Te la meten doblada.

Tantos amigos informáticos que tengo y se me olvidó hacerme uno que sea peluquero/a, así le podría hacer intercambios: "Yo te cook una Spanish omelette y tú me cortas el hair" (así, si me hace un desastre, pues me vengo y le pongo en la tortilla los huevos podridos, hala).

Bueno, voya volver al baño, a mi espejo, a ver si puedo arreglar esto con un par de horquillas.

Hasta pronto.
Curri

martes, 23 de septiembre de 2008

Sin tiempo

Todo se te junta, en uno. Crees tenerlo todo dominado, pero lo ves todo, en el fondo, como una neblina y no llegas a nada. Así llevo los últimos tres meses. Creí que trabajar desde casa me ahorraría tiempo, pero no. Me lo quita, lo pierdo o no sé qué hago con él. El tiempo es, para mí, una de esas cosas que buscas y rebuscas, y después de un largo rato, te das cuenta que lo llevabas puesto. Y así paso los días.

Quiero escribir en el blog, porque echo de menos de escribir. Mi diario se quedó a medias, con páginas en blanco que chirrían cuando lo abro. ¿Un año? Año y medio, tal vez, desde la última vez que rellené con mi color verde el diario de mi vida en Londres. Y no es que me avergüence de mí misma, pero sí me doy cuenta que, un poquito cada día, cuesta menos que todo a una.

Y pienso en todo lo que tengo que hacer, y me agobio. Normal, son muchas cosas y sabes que no abarcas a todo. El trabajo (que nunca lo acabo a las 18:00h como debería), el máster (con el que siempre me veo retrasada), la fotografía (con la que ya ni me planteo salir un día por ahí a "entrenarme"... ¡eso me lo saqué de la cabeza hace ya mucho!), el blog (tan olvidado como lo tengo)...
Si es que el día debería tener tantas horas como desees. O, mejor aún, deberían inventar una de esas máquinas de dormir que, te metes y, estando solo 1/2 hora... Voilà!... Sales de ahí como una rosa fresca por el rocío de la mañana, vamos, como si hubieses dormido tus nueve horas de rigor, preciosa, fresca y radiante. Seguro que mi amigo Pablo votaría por eso también (siempre me dice que dormir es perder el tiempo... tal vez tenga razón).

Así que, sigo con mi promesa de ponerme al día, aunque no estoy segura de cuándo se llevará a cabo (¿cuando acabe el máster, quizas?). Ay, el tiempo, que siempre se nos va.

Besos,
Curri

sábado, 20 de septiembre de 2008

La boda de Núria... en sueños

Otra vez uno de esos sueños raros me atacan. Menos mal que, esta vez, era también gracioso.

Mi amiga Núria, la de la universidad, se casaba. Y se casaba con un amigo de su ex, Carlos, al que yo llamo "el triquitraun" precisamente porque un día (hará 5 ó 6 años) tuve un sueño con él en el que aparecía, en el asiento trasero del coche del novio de Núria, cantándome a mí canciones flamencas, con una pasión nunca vista.
Resulta que Núria ha cortado con su novio hace un par de meses y yo, como buena amiga (y, en parte, lo más parecido a una hermana mayor que ella tiene), la he estado ayudando moralmente, y asegurándome (sobre todo) que no se iba con el primero que pillase.
Así que, en este sueño, Núria se casaba con él, después de salir juntos durante dos meses. En el sueño, aparecía yo persiguiéndola (por su casa, por la iglesia, por el banquete), convenciéndola de que era un error y que debía detener la boda. Y ella, me intentaba convencer de que no, de que era lo que quería y de que estaban enamoradísimos. Y yo lo flipaba. "A ver, Núria, que lleváis saliendo dos meses. ¡No podéis estar enamorados!" "No, dos meses no, tres." "Me da igual, no puede ser. Núria, que haces esto solo porque estás necesitada de cariño y crees que nunca te podrás casar". Yo yo intentaba convencer a su ex (también en el sueño) de que me ayudase a convencerla de que todo esto era una farsa, y de que Núria estaba cometiendo el mayor error de su vida. Pero su ex decía que le daba igual, y que si ella era lo que había decidido, que a él ya le estaba bien... Y la Curri del sueño, vuelta a lo suyo. "Núria, no cometas este error, que sabes que lo haces porque tienes miedo a estar sola." "No, quiero casarme y lo haré."
Y así, toda la noche (seguro que fueron 20 minutos, pero a mí se me hizo un sueño eterno).
La obsesión que veía en mi amiga por quererse casar, sin importarle con quién fuese me estresaba (y aún le estresaba más a la Curri del sueño). Y es que, el amor es ciego, pero las obsesiones lo vuelven idiota, y lo que nos puede parecer "una locura sana" se puede convertir en "una loca pesadilla".

A todos vosotros, antes de comprometeros, casaros... lo que sea: aseguraros de que no estáis cegados por la obsesión, y de que, lo que hacéis, lo hacéis porque realmente queréis, no porque vuestra madre, vuestro padre, la vecina o vuestra mejor amiga os dice que lo hagáis. Ya hay demasiados problemas en este mundo como para añadir más.

Que seáis felices.
Curri

jueves, 11 de septiembre de 2008

Hoy es uno de esos días...

Uno de esos días en los que, no sabes por qué, sientes una tristeza contagiosa. Te contagias a ti misma una y otra vez de tu propia tristeza. Miras por la ventana y sientes melancolía por no poder estar fuera. Sales a la calle y sólo tienes ganas de volver a entrar en casa y sentir de nuevo esa melancolía por no estar fuera. El tiempo tampoco ayuda. Las nubes grises estancadas en el cielo te recuerdan una y otra vez el tiempo que paso sin ver el sol, sin tomar su energía, sin sentir realmente el calor en los huesos.

A veces me siento como si estuviese en un círculo vicioso, un agujero negro en el que, al parecer, me siento cómoda, pero del que quiero salir. El problema es que no sé cómo. O no quiero saberlo. Y la negrura del agujero me invade, y se mezcla con la melancolía de los días, ese tono grisáceo del lugar donde vivo. Estoy en un camino y no sé por dónde voy. Lo sigo, aunque sé que no me lleva a ningún lugar. El mundo pasalentamente; yo estoy de pie, quieta, en medio del tumulto, sin comprender por qué no me muevo yo también. Lo intento, consigo moverme un poco, pero el esfuerzo es demasiado. Decido quedarme ahí, con las manos juntas, cabizbaja, esperando a que alguien me saque de ahí y consiga que me mueva al ritmo del resto. Observo a la gente pasar, observo sus vidas, lo feliz o infeliz que son, los problemas y los éxitos, las subidas y las bajadas. Y veo que algunas vidas son como las mías, pero mucho mejor. Y otras son peores, pero me dicen que no las mire. Así que me fijo en las buenas, las bonitas, las que me sacan de mi agujero negro. Intento moverme hacia allá, pero me olvido de que no podía moverme. Y así sigo, en este agujero, donde no me muevo aunque quiero, no hago nada porque me convenzo de que es lo único que deseo. No hacer nada, ver todo pasar.

Curri, con depresión londinense

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Vuelta a la rutina

Tras 6 días en Madrid, sin preocuparme más que por qué iba a comer más tarde o qué iba a hacer para no aburrirme, regreso a casa. Después de 6 días, entro por la puerta y el olor es extraño. No olía mal, sino que olía diferente. Imagino que diferente al olor neutro del hotel. Entro en el salón y lo veo... pequeño, no sé, como si hubiese más cosas de las que dejé, aunque la mesa con el ordenador parece más grande, como si hubiese más sitio para poner mis cosas. Dejamos la maleta en el salón y nos recostamos en el sofá. Sí, es el sofá de siempre. La tele no se enciende... ¡Qué agradable volver a casa!

Esta mañana me tocaba ponerme a trabajar otra vez. En principio no había nada, no tenían nada para asignarme, así que me he dedicado a limpiar el correo (debía tener unos 100 mensajes, pero no los he contado porque sé que, si lo hago, me daría pereza y no los limpiaría nunca), he enviado mi currículum a dos agencias más (a ver si hay suerte y, por fin, trabajo lo mismo cobrando más dinero) y, vamos, he ido haciendo cositas, típicas de cuando estás de vacaciones.

Por fin, por la tarde, me han asignado algo: 14.ooo palabras para entregar el lunes. Chungo lo veo. Vamos, a 4000 palabras al día, con dos días de trabajo... no me salen las cuentas. A no ser que trabaje intensivamente todo el fin de semana. Mejor decirles que me quiten unas pocas, porque llevo mucho retraso del máster. Vale, me dan poco más de la mitad. Empiezo a trabajar...

Pasan dos horas...

Me aburro. Dios, qué mal me ha sentado "la vuelta al trabajo". Y peor será "la vuelta al cole" porque mañana sigo con el máster y me da un palo... ¿Por qué no han inventado la clonación automática para que pueda hacerme otra Curri y haga los deberes por mí? Bueno, no, mejor me hago dos, una que trabaje y la otra que haga los deberes, y así yo descanso. ¡Es verdad! Hoy era el día en que esos científicos importantes iban a accionar un experimento nuevo para conocer el por qué del Big Ban y ha costado miles de millones (6000 millones de dólares, para ser más exactos)... pues ya podrían haber invertido parte de eso en clonar partículas y me solucionaban más la vida (bueno, a mí, y a muchos que también estarían encantados con tener un clon).

En fin, que me gusta trabajar pero cada vez lo tengo menos claro. Creo que todo el mundo sería más feliz si trabajase porque quiere, no porque lo necesitan. Y es la necesidad la que hace al trabajador estar amargado y desmotivado. Querer estar en todos lados menos donde debe estar.

Tengo que seguir trabajando. Hasta otra.
Curri

martes, 2 de septiembre de 2008

Se casa mi primo

Pues sí. Ahora tengo más presión familiar preguntándome que cuándo me llega el turno. ¡Aaaaahhhhh! ¡Callarsus todos!
Mi primo Carlos, el que nunca ha presentado a ninguna novia oficial, ni hablado de novias ni nada, se casa dentro de tres días. Y sí, voya estar allí, para asegurarme de que no sale corriendo, jejeje. La presión se acerca, ya que, aparte de mi primo Javi (que seguramente todos siguen pensando que es demasiado joven), soy la única que no se ha casado. Y todos tienen ya ganas de verme con el anillo y empezar a parir hijos. Pero claro, un hijo no es barato, y se necesita mucho dinero, y por mucho que les digo que no, que hasta que no me estabilice y me compre una casa, nada de nada, siguen emperrados en que sí, que ya se me va a pasar el arroz. Menos mal que Derren me ha enseñado a ignorar a la gente y contestar cosas neutras para alegrar a todos los gustos.

Y es que llevamos dos años que parece que regalan las bodas, y también los hijos. No hago más que oír de gente que se casa, o tiene hijos, o se casa y tiene hijos. Como si pudieses comprarlo de oferta en el super: ¡2x1, pague la boda y llévese al hijo gratis!

Mañana vamos a Madrid (Derren y yo) a pasar una semana, ver algunas cosas que nos olvidamos ver y ver si podemos hacer algún viaje fuera de Madrid (aunque, como siempre, seguro que no lo hacemos). A ver si tengo algún rato para poder contar historias.

Que lo paséis bien.
Curri

martes, 19 de agosto de 2008

Todo lo bueno tiene su lado malo

Trabajar en casa es muy bueno, te tomas tu tiempo, nadie te vigila, puedes hacer lo que quieras, puedes comer a la hora que quieras y dormir la siesta siquieres. Pero todo lo bueno tiene su lado malo. La concentración. Empiezo la mañana bien, pero a las pocas horas, me aburro. Y no es como antes, que podía aburrirme y simplemente me iba a hablar con alguien. No, ahora no tengo a nadie con quién hablar. Puedo hablar por el messenger con gente que también lo tiene conectado, pero si empiezo, no paro. El messenger, el pequeño diablo que vicia a los faltos de entretenimiento.


Y no sé qué hacer para evitarlo. Trato de hablar conmigo misma (dentro de poco los vecinos me mandarán a los loqueros para que me vengan a buscar), darme ánimos, decirme que, si acabo rápido, podré ir a dar una vuelta, a comprar ropa, a ver Londres, a hacer fotos... Pero en cuanto me pongo de nuevo a trabajar, la concentración vuela. Tal vez vuele a aquellas partes a las que tanto me digo que podría ir. Mi concentración descansa. Yo no. No nos engañemos, nunca he tenido demasiada capacidad de concentración, sobre todo haciendo cosas monótonas. Creía que haciendo traducciones no me pasaría, ya que en la universidad no solía perder la concentración, pero no sé si es la vejez o que realmente estoy haciendo algo que no me gusta, el día a día se me hace cuesta arriba.

Definitivamente creo que necesito trabajar con gente. Pensaba que aún era esa gruñona a la que la gente le molestaba a veces, pero no, ahora veo que realmente necesito permanecer en contacto con la sociedad, realizar tareas en común y también solas. ¡Pero odio tanto levantarme pronto! Ya se lo decía yo a mi madre, tenía que haber nacido rica. Así no tendría que trabajar. O podría trabajar pero por placer, ayudando a la gente sin importar cuándo hacerlo. ¿Existe un trabajo así? Si exite, me lo pido.

Ahora toca seguir con el trabajo. A ver si este monólogo me ha servido para devolverme a este mundo infernal y real del trabajador.

Curri

jueves, 26 de junio de 2008

El último día

Hoy finalmente he dejado Eidos. Acabé de empaquetar todas mis cosas, me despedí de la gente, me despedí de mi mesa, el sitio que me había acogido durante los últimos dos años y medio. No ha sido una decisión fácil, porque he aprendido mucho en Eidos, he tenido compañeros geniales y, sobre todo, me lo he pasado muy bien. Pero el final ha sido bastante forzado, estresante, con insistencias y repeticiones.
Sinsistiendo e insistiendo en que me quedara como "lead" (gestora de proyectos). Después de haberle dicho a la jefa del departamento que me iba, al día siguiente (o sea, ayer) me llamaron para que me fuera a reunir con ellos (Caroline y Richard) e intentaron persuadirme otra vez de que debía quedarme. Me sentí bastante mal, porque parecía que, cualquier otra opción que escogiese, me llevaría al infierno o algo así. Es como si no quisiesen escuchar, como si pensasen que soy idiota o algo así. Insistieron en que me arrepentiría y de que estaba tomando la decisión incorrecta. Les dije que, como no me podían prometer nada, no quería quedarme ahí, esperando a ver si, por si acaso, alguien por fin iba a crear el puesto que me habían anunciado... y también insistieron en que, bueno, si no puede ser, siempre me puedo ir en noviembre. Lo cual me convencía aún más de que no tenían demasiada intención de forzar la creación de ese nuevo puesto, al menos no por el momento, porque preferían tenerme como lead y punto. Les dije que no y que la decisión la tomaba y que sería consecuente con los resultados, pero que al menos sería feliz por hacer lo que yo quería. Me dijeron que me lo pensase un día más (aunque les dije que no hacía falta) y me fui.
Cuando llegué a mi mesa, arnaud y Pablo estaban allí y no pude evitar ponerme a llorar. Me preguntaron si estaba bien y no pude evitarlo. Estuvimos hablando durante un rato y me dijeron que, ante todo, yo era la que tenía que tomar la decisión y que si había conseguido tantas entrevistas no era porque era una inútil y que conseguiría trabajo en otro sitio, si lo quiero.

No podía más; me daban ganas de ir a ver a Richard y decirle que no soy idiota y que si quiere a un tonto que le haga el trabajo sucio pues que se busque a otro, porque yo estaba hasta las pelotas de lo mal que la compañía trataba a la gente que trabaja duro.

Escribí mi carta de resignación y la guardé para enviarla al día siguiente (¿No me habían dicho que me tomase la noche para pensármelo? Pues hala, me tomo el tiempo). Me faltaban muchas cosas por llevarme, porque... ¡Dios!, ¡cuántas cosas tenía en la oficina! Empecé a regalar cosas que no me podía llevar a la gente de la oficina. Por la tarde, dejaron irse a los que habían dicho ya que no querían quedarse, pero a mí no. Pero al final le pedí a Caroline si me podía ir (a las 17.30h); y me dijo que sí; y me fui.

Al día siguiente, volví a la oficina para acabar de recoger mis cosas, me despedí de los que me faltaba por despedir, devolví mis tarjetas, cogí mi mochila (cargada hasta arriba de cosas) y me fui. No tuve que apagar la luz porque había gente trabajando, pero diríamos que me faltó poco, sobre todo por la fomra cómo habían pasado las cosas en las dos últimas semanas. Confusión continua, sí, no, a ver qué me ofreces, lo siento no lo quiero...

Acaba una etapa que empezó hace tres años y medio cuando conseguí el empleo (y dejé el maldito restaurante). Una etapa de aprendizaje, mucho aprendizaje, diversión, frustraciones, emociones, enfados y bueno, aún más aprendizaje. Si me pongo a pensar, tal vez hay cosas que cambiaría, tal vez pequeños detalles como hablar más con esta persona o menos con la otra, pero seguiría haciendo las mismas cosas, aunque tal vez intentaría aprender más ^_^

Ahora tengo que empezar mi nueva etapa, en la que todo dependerá de mí y de mi esfuerzo. Pero lo más importante de todo es que ha sido mi decisión y estoy contenta por ello.

martes, 24 de junio de 2008

Ahora... que no.

Después de tenerme en ascuas, esperando para que me dieran el sí sobre el puesto que iban a crear para mí, me anuncian que no, que no pueden crearlo y que mi única opción es quedarme como jefe de proyectos, cobrando solo un poquito más. No me lo puedo creer. Ya había dicho que no a eso; había dicho que no quedarme haciendo lo que ya he hecho durante año y medio. Era mi momento para cambiar el rumbo de mi vida a algo mejor, algo realmente mejor y que me aportase felicidad y realización personal.
Les dije que no me bastaba, y me dijeron que era lo mejor que podía hacer ya que, una vez dentro y cuando Tomb Raider acabase, podrían crear el rol para mí. Y también me dijeron que si en noviembre, después de acabar con Tomb Raider, no podían crear el rol que me decían, entonces me podría ir libremente... Un momento... Aquí hay gato encerrado...
Eso de que parezca todo tan bonito y de que no me puedan prometer nada y que encima recalquen que, en noviembre me podía ir libremente me suena a «aprovechamiento» de la situación. Sé que me necesitan y ellos saben que lo sé, pero intentarme convencer para que me quede diciéndome que lo mismo pueden crear algo a mí pero que no me pueden prometer nada no me suena nada bien. Llevan un año sin poderme prometer si me iban a ascender o no. Tal vez, después de tanto tiempo haciendo promesas que no cumplen ya no creo en nada. Porque, al fin y al cabo, los que tienen la última palabra es Recursos Humanos, y son precisamente ellos los que no han creado ninguna oportunidad para mí durante todo este tiempo. ¿Quién me asegura que va a ser diferente esta vez?
Así que le dije a Caroline que podía empezar a preparar mi carta de cesión y mi dinero.
Y me siento mucho más tranquila.

miércoles, 18 de junio de 2008

No pudo ser... o quizás sí

Ya nos dieron el resultado de la entrevista de ayer.

No me han dado el puesto... Sniff...
Pero, no como es mierda todo lo que huele, me han ofrecido crear un puesto para mí, de manera que estaría justo por debajo del supervisor, pero haría tareas asistiendo al supervisor, al mismo tiempo que ayudaría también al departamento de Localización. Con lo cual, no está nada mal. Yo solita he conseguido que hagan algo que se adapte a mí. Lo mismo hasta puedo pedir el sueldo que creo yo sería el adecuado.

Y así fue. Hablé con Caroline, la jefa del departamento de Localización, y me dijo que lo sentía pero que no lo había conseguido, pero que tanto ella como el... llamémosle... "mandamás del gran departamento" habían quedado impresionados con mi entrevista y cómo había salido. Por ello, habían decidido ofrecerme la oportunidad de continuar en el departamento, pero haciendo algo diferente a Lead, como por ejemplo, ayudando al nuevo Supervisor a montar el departamento de nuevo y a hacer sus tareas.
Le dije que sí, pero que el salario tendría que aumentar también. Le expliqué que me habían ofrecido otro trabajo en EA y que me pagaban 24.000 libras al año, y que quería más o menos lo mismo. Me pidió que si estaba interesada, y que si lo estaba, ella hablaría con Recursos humanos para que hicieran este rol, pero que no era nada seguro, ni tampoco cuánto me pagarían. Así que le dije que me interesa siempre que pueda hacer cosas que me servirán para mi futuro en otro trabajo, como por ejemplo de Gestora de Proyectos de Localización, ya que habría hecho el mismo tipo de cosas pero a otro nivel... Así que me dijo que también podría hacer parte de las tareas del Localisation Manager, ya que estaría demasiado ocupado para hacerse cargo de todos los proyectos al mismo tiempo. Y sí, eso me interesa aún más, porque así haría muchas más cosas y podría dirigirme hacia un camino u otro.

Y le he dicho que sí, que si hacen el rol y me pagan bien, que me quedo. Aunque así pierda las 3600 libras que iba a ganar a tocateja, que me venían de coña... Pero bueno, tal vez valga más la pena tener esto fijo, con lo que puedo aprender y con lo que puedo evolucionar y lo demás ya llegará.

La oportunidad que pedía, me la han dado. Me la han dado por duplicado.
Me siento afortunada. Por fin.

Buenas noches.
Curri

martes, 17 de junio de 2008

Entrevista

Hoy era el día de la entrevista para Supervisor de Localización con mi empresa. Mi última oportunidad antes de irme de aquí. Hoy es el día.

La entrevista me pareció bien. Complicada, por el hecho de que me preguntaron cosas específicas del trabajo de un Supervisor que yo no las sé, pero creo que me supe apañar bien para responder con soltura y demostrar que no pasa nada si se desconoce algo mientras se tenga buena intención de aprender. La sensación era un poco extraña, como si me hubiese metido en algo que no tenía ni idea de qué era, pero que sabía que, contando mi vida, podría sacar algo jugoso.
Siguieron preguntando sobre mí, mis puntos fuertes (por una vez no me preguntaron por los débiles), sobre cómo solucionaría problemas, sobre cómo he solucionado problemas en mis proyectos, sobre mis preferencias en calidad y cómo escogería a los tésteres, etc.

Ahora sólo me queda esperar. Y esperar a que la oportunidad que tanto deseaba me llegue de ellos.
Sí, sigo liada. No sé qué hacer.
Porque encima hoy me han llamado de EA para decirme que me dan el trabajo. Pero le veo muchas pegas. No me convence que tenga que viajar tanto para ir a trabajar y volver cada día. Y tampoco que el coste de ese tanto viajar sea tan elevado.
Sí, sigo liada. No sé qué hacer.

lunes, 16 de junio de 2008

El fin de semana

Bueno, pues Vanesa se fue el domingo, pero vaya fin de semana extraño.


Primero el viernes, que quedé con ella para que fuese a su entrevista. Habíamos quedado en que el viernes vendría a recogerme a Wimbledon, iríamos a casa y luego la acompañaría a la entrevista. Le dije que itnentara evitar en la medida de lo posible la ruta de la District Line porque no sólo era más larga sino que suele tener muchos más problemas. Pero como no estaba segura de cómo usar la otra ruta, cogió la District Line... y poco antes de llegar a Wimbledon cancelaron todos los trenes. Genial. Así que tuve que explicarla cómo llegar hasta Wimbledon en bus y luego iríamos a casa. Así que tuve que esperar casi una hora para encontrarme con ella. Al final llegó, nos conocimos (me reconoció ella a mí primero) y empezamos a hablar como si nos conociésemos de toda la vida. Llegamos a casa, hice algo rápido de comida y salimos hacia la entrevista. Llegamos 20 minutos tarde, porque el retraso del metro nos afectó a todo. Salimos de la entrevista y quedamos con su novio/ex o lo que fuese y me pareció bastante estupidillo y maleducado. Pareció molestarse porque estuviese yo allí, cuando es él el que deshizo todos los planes que ella y yo teníamos para el fin de semana. Tensión. Tensión durante todo el rato que estuve ahí.

Hice lo que tenía que hacer y quedé con Derren para ver el partido de Holanda-Francia en Soho. Victoria impresionante de Holanda. Nos quedamos a tomar algo, volvimos a casa y, bueno, todo normal. El sábado habíamos quedado con Pablo y Arnaud para ver el partido de España en su casa, y Vanessa iba a venir con nosotros. Yo quedé en que ella me avisaría cuando viniese a reunirse con nosotros porque habíamos quedado a las 2 en casa de Pablo para comer. Me avisó que estaba de camino bastante tarde, y le di unas cuantas indicaciones sobre cómo llegar a Colliers Wood... que no debería tardar más de una hora. Una hora después de que me avisase, fui hacia la estación, con Derren, y esperamos tomándonos una cervecita. Pasó una hora y no sabía nada de ella. Me escribió un mensaje preguntándome cosas para el Chris ese pero seguía sin decirme por qué tardaba tanto. Al final, llegó y parecía muy hecha polvo. Se quedó un rato hablando con él y al final, cuando se fue, ella empezó a llorar. Que habían cortado y que era su culpa porque ella le había escrito un sms a otro chico y el otro se puso furioso. Bueno, sí y no. El no es quién como para curiosear los sms de nadie y mucho menos romperle el móvil... El caso es que se montó un follón impresionante. Y aún teníamos que ir a casa, dejar su maleta y dirigirnos a casa de Pablo y Arnaud que los pobres llevaban esperando desde las 2.
Llegamos justo en el momento en que ambos equipos estaban en el campo y estaban ya con los himnos. Ganamos el partido y nos volvimos a casa porque Vanesa estaba muy hecha polvo.
Al final se compró el billete para volverse al día siguiente, o sea, hoy, y esta mañana la he acompañado hasta Wimbledon para que cogiera el tren.
No he tenido demasiado tiempo de estar con ella ni de conocernos. Es una pena.

Un fin de semana raro, que se junta con el ambiente aún más raro y agobiante que se respira en Eidos...

viernes, 13 de junio de 2008

Vanessa in London

Hoy es el día en que, por fin, voy a conocer a mi "amiga virtual", a Vanesa.

Todo empezó en enero, cuando me escribió un e-mail en el Máster y me pidió si la podía ayudar a encontrar trabajo en Londres. Y se convirtió como en un reto para mí. Hacer algo que nadie hizo por mí, facilitar las cosas a una persona ilusionada con Londres y con encontrar un trabajo digno en Londres. Y, bueno, aquí está, en el último paso del principio de su nueva vida.

Y es el principio de una nueva vida para mí también, bien sea como traductora en casa, bien sea porque me ofrecen un buen curro en el último momento y decido cogerlo porque realmente me vale la pena. Y tiene que valer la pena.

Sigo confundida...

lunes, 9 de junio de 2008

Ahora que me he decidido...

Pues eso, tres meses intentando conseguir entrevistas y nada. Y cuando por fin decido que me da igual, que me quedo en casa traduciendo, me empiezan a reclamar por todos lados. Vale, ha habido algunas opciones que no me acababan de convencer o que me ofrecían cosas que me suponían alejarme mucho de lo que tenía en mente o quería. Hoy, por fin, tengo una oportunidad apetecible. No la idónea, pero sí que al menos une ambos factores: Quedarme en videojuegos y mejorar mi carrera como gestor de proyectos. ¿Desventajas? Sí, también las hay. Tengo que viajar a las afueras de Londres (lo cual supone gasto de transporte) y sería un contrato de solo 6 meses.

Pero la experiencia es un grado. Y un grado más en mi carrera es siempre bueno para mi futuro.

Por otro lado, como mi supervisor ha decidido dejar su puesto, pues también voy a intentar ver si consigo algo por ahí... aunque lo dudo. En esta empresa tienen muy en cuenta la experiencia... y para ellos la experiencia es, muchas veces, el título de tu trabajo. Y el mío no se acerca a lo ideal. Pero, suponiendo que, como a mucha gente le dan oportunidades sin que las merezcan... ¿Por qué no a mí?

En fin. No se puede tener todo en esta vida.

viernes, 6 de junio de 2008

Quiero...

Quiero una oportunidad. Que alguien decida que yo también tengo derecho a tener cosas aunque no me las acabe de merecer 100%, sino sólo un poquito. Que alguien decida que me ha llegado el momento de conseguir algo para lo que aún no estoy preparada pero para lo que me prepararán ellos. Quiero esa oportunidad que veo que muchos tienen y a mí nunca me llega. Quiero sentirme privilegiada y que se me ha recomensado por los esfuerzos que he puesto en este círculo de la vida.

A veces me siento desaprovechada, que quiero hacer tantas cosas y dar tanto y que no sea capaz de encontrar un trabajo en el que pueda usar todo esto que he aprendido y todo eso que sé que puedo hacer. Vale, quiero ser traductora, pero también quiero hacer cosas bonitas que impliquen idiomas o traducción. Quiero que los niños lean y escuchen siempre un hablar correcto en sus juegos, en sus películas... pero también quiero que los productores de estos productos de entretenimiento (en su mayoría angloparlantes) piensen que no son los únicos en el mundo y que facilitarían mucho las cosas si fuesen menos egocéntricos. Quiero ayudar a todos aquéllos que quieren lo mismo que yo para que sus labores de localización sean más fáciles.

Quiero crear cosas bonitas y que sean recordadas. Quiero hacer feliz a la gente. Quiero que la gente me haga feliz a mí.

lunes, 26 de mayo de 2008

Sueño soñando...

Algo muy raro. Algo que no debería preocuparme pero que me preocupa por la irrisoriedad de la misma, y porque, cuando menos me lo espero, mi subconsciente se lo pasa pipa mientras duermo.

Soñé esta noche que mi padre le ponía los cuernos a mi madre. Hasta ahí, bueno nada fuera de lo normal (fuera de lo normal, porque, al fin y al cabo, es un sueño), si no fuese porque mis padres llevan separados como 15 años... así que, en realidad eso de "ponerse los cuernos" como que no funcionaría en este caso. Parte de mi estresante sueño era yo intentando convencer a mi madre de lo que mi padre estaba haciendo, mientras mi madre parecía importarle un pito (normal, si total, ya no están juntos). Hasta que por fin, aparezco en el sueño, delante de una puerta tras la cual podía escuchar a mi padre, pasándoselo bomba con dos mujeres. Así que no lo dudo más: entro y me llevo una sorpresa. Mi padre era mi novio. O sea, que al que yo consideraba mi padre en el sueño, tenía la forma física de mi novio. Y ahí estaba, dale que te pego, con una rubia de bote que no conozco y mi madre. ¡MI MADRE! Así que, eso de que le ponía los cuernos, bueno, no acababa de ser cierto. Se lo estaban montando los tres... Así que, la Curri del sueño, le empieza a echar la bronca a la madre-de-Curri del sueño (que, por cierto, tenía el pelo teñío de rojo y aparentaba unos 35-40 años, y no 64 como tiene). Y mi madre, diciéndome que lo sentía pero que no podía evitarlo, y que le gustaba hacerlo así, a tres bandas... y la Curri del sueño que seguía echando broncas, y la Curri real (o sea, yo, la sufridora) que no se podía creer lo que estaba viendo... digo soñando.

Finalmente, tras el segundo sermón al padre fictíceo, me desperté, alterada y encabronada por el tipo de sueño sin sentido que había tenido. Encabronada porque, encima, no tengo a nadie que me lo explique... "Doctor, ¿es muy grave?" "Bueno... no sé qué decirte..."

En fin, estoy despierta y viva y gracias a dios mi madre no tiene el pelo rojo (aunque le quedaba bien) ni 40 años ni mi padre es, bueno... eso, que mi padre no tiene el cuerpo como para tres bandas (vamos, ni una banda yo creo). Qué dura es la vida...

martes, 13 de mayo de 2008

Por fin... hemos ganado...

Después de tres semanas esperando a que nos diesen respuesta, sin que nos dijesen qué pasaría realmente con nuestro empleo, sin que nadie se molestase en siquiera pensar cómo lo estábamos llevando por dentro, como si cambiar el rumbo de tu vida pudiera hacerse de un día para otro.


Hoy por fin nos han reunido y nos han dicho que, al igual que el resto del equipo de testeo, tenemos la posibilidad de irnos voluntariamente a finales de junio, recibiendo nuestra indemnización, en vez de tener que esperar hasta octubre/noviembre como nos habían dicho hace tres semanas. Así que, por fin, son justos con nosotros y nos dan lo que nos merecíamos. Han rechazado cualquier otra clase de incentivos extra que nos pudiesen dar por quedarnos y, a cambio, nos dan la opción de irnos cuando queramos. Pues me parece muy bien y muy justo.

Después de conocer la noticia, le he empezado a dar vueltas a la cabeza, a qué es lo que quiero hacer, qué es lo que debo hacer, qué es lo que podría hacer... Y, a pesar de que tenía las ideas bastante claras sobre lo qué quería hacer, parecía que lo que debía hacer se mezclaba con lo que podría hacer, y el eco resonaba en mi cabeza, confundiéndome aún más de lo que estaba cuando aún no sabía ni qué iba a ser de mí.
¡Cállate! Nada, no me oye. ¡Cállate he dicho! Sigue sin oírme...

Así que, me había llegado el momento de listar las opciones con sus pros y sus contras. Pero, como buena mujer, esto sola no puedo hacerlo, así que tenía que consultarlo con mi compañero Pablito (que vaya dos estamos hechos, con los líos mentales que nos traemos de por medio).
Veamos.
a) Si me quedo en Eidos (que es la opción que menos me apetece) sería con la condición de que me ascendiesen de puesto (con la consecuente subida de sueldo) y me convirtiese en lead. Pero esto me traería bastantes dolores de cabeza, además de tenerme que chupar más horas extras que un tonto sin que nadie me dé ni las gracias. Además, la cantidad de dinero que podría ganar, con un poco de suerte, no se acercaría a lo que podría ganar con mi segunda opción.
b) Quedarme en casa haciendo traducciones. Suena chachi. Me levanto a la hora que quiero, me hago mis traducciones, me duermo mi siesta, me voy a dar un paseo si lo necesito... Yo soy mi jefa y trabajo cuanto quiera (o pueda). Me gusta, suena genial. Además, si consigo que los clientes me envíen muchas cosas, más unas cuantas interpretaciones que pueda hacer, me puedo sacar una pasta. Suena muy bien. Lo malo, que puedo tener menos buena suerte y comerme los mocos porque nadie me envía traducciones (o verme obligada a coger traducciones mal pagadas y currar como una loca y cobrar una mierda)... No suena bien... Veamos la tercera opción (porque siempre hay una tercera opción, ¿no?).
c) Buscar otro curro más bueno, más bonito y mucho más caro (uséase, que me dé mucho más dinero). Bueno, también suena bien, casi mejor que lo de las traducciones, porque significa estabilidad y esas cosas, y así sabría que seguro me entra cierta cantidad de libras al mes, sin agobios ni nada. Sólo tengo que ir a la oficina las horas que me digan, hacer lo que me digan y salir de la oficina cuando me digan, y rechistando lo menos posible... Mmmm, me empieza a gustar un poco menos. Porque lo que es seguro es que el cachondeo que me llevaba en Eidos no lo encontraré. Y aunque necesito (o creo que necesito) comunicarme con la gente mientras trabajo, no sé si podré resisitir trabajar en un sitio aburrido, con gente que no quiere bromear ni siquiera para romper el ambiente tenso y estresado de una oficina... Uy, ¿ves? Ya me gusta menos. Y pa encima, que tampoco es que sea taaaan fácil encontrar un curro de esos tan "buenos, bonitos, caros".

En fin, que estoy hecha un lío. ¡Pablooo! Help me! Ná, que casi le tengo que des-liar a él primero ;-) Hablo con Pablo, y él lo tiene clarísimo: "Curri, ¿para qué coño viniste a Londres? Para trabajar de traductora freelance, ¿no? Pues hala, ya sabes lo que hay que hacer". Dios, hasta suena bien. Si es que... tié razón. Tres años intentando conseguir tener suficientes traducciones como para dedicarme a ello, y ahora que tengo la oportunidad, me acojono. Siempre me pasa igual. Soy una valentorra para dar consejos que luego no me sé aplicar a mí misma. A veces pienso de dónde saqué el coraje para venirme a Londres con una mano detrás y una delante, así, con un par, sin casa ni curro ni nada...

Bueno, habrá que consultarlo con la almohada.
Buenas noches.
Curri

jueves, 1 de mayo de 2008

Decidido. Seré traductora.

Por fin nos dejan irnos en julio, y aún no he recibido ofertas de ningún trabajo que me convenza. O no me pagan bien o se supone que tengo que hacer algo que no me llena como persona. Así que... Lo mejor será que me quede en casa traduciendo. No es la opción más estable pero sí que es la que más me satisface, de momento. Y también la que más ilusión me hace.


Vale, ya lo tenía en mente durante todos estos meses, que si no encuentro nada, me meto a traductora. Pero también tenía en mente que algún alma caritativa del mundo de los videojuegos me daría una oportunidad. Pero las almas caritativas no existen, ilusa de mí, y nadie me ha dado la oportunidad que quería. Así que, lo mejor es dejar de pensar en otras cosas y en esperanzas que parecen algo inútiles, y emepzar a pensar que el 1 de julio empieza mi futuro como traductora a tiempo completo.


Imagino que lo que me ha acabado de convencer es conseguir tener bastantes empresas contactadas y esperemos que me vayan dando trabajo con frecuencia. La última fue Synthesis, una empresa a la que mi empresa (bueno, con la que aún estoy trabajando pero que ya no trabajaré en julio) solía pagar para hacer traducciones. Aún tengo que hacer la prueba, pero al menos tengo el contacto y la posibilidad. Además, las otras empresas con las que he ido haciendo traducciones últimamente. Bueno, si lo prometido se hace cierto, y si, como decía mi amiga Núria, consigo tenir la flor al cul (tener una flor en el culo, es decir, tener suerte) voy a tener exceso de trabajo. ¡Tendré que buscarme asociados, o estudiantes de traducción para que hagan prácticas...!
Bueno... ya me estoy pasando. Curri, ¡baja de las nubes!

Ahora solo nos falta saber si nos dejarán marcharnos a finales de junio, y con el dinero, o no. Porque el dinero me vendría de perlas, por si acaso no consigo suficientes traducciones... Pero claro, el dinero trae peleas, y seguro que los de Eidos pelearán por quedarse nuestras indemnizaciones... En fin, pronto nos dirán cosas.

Ahí está, sólo a 2 mese, lo veo cerca, casi lo puedo tocar... No puedo esperar...

viernes, 25 de abril de 2008

No pué ser...

Increíble. Después de dos meses pensando qué hacer con nuestras vidas, qué es lo que deberíamos hacer ahora que en Julio ya no tendremos trabajo, hablando con familias y amigos buscando consolación... nos vienen y nos dicen que las cosas han cambiado. Hoy uno de los jefazos bajó a donde estamos enclaustrados y nos reunió a los sobrantes del departamento de Localización y nos dijo que las cosas han cambiado y que nuestros puestos aún son necesarios y que, si queremos la indemnización, tenemos que quedarnos hasta Octubre (y no hasta finales de junio como nos habían dicho hace dos meses y medio). Pero tendrán morro. Y encima, nos dice que "Os hacemos un favor dándoos 4 meses más de trabajo". ¡Y una mierda! Con lo chungo que es encontrar curro aquí en Noviembre, que ya las empresas han cerrado el cupo de plantilla y nadie busca nada. Y eso no es todo. Encima, a diferencia del resto del equipo (los que llamamos "los ingleses" o "functionality") nos dicen que si nos vamos en junio (como estaba previsto al principio) no nos pagan nada. Pero... (niños, tapaos los oídos) ¡¡Qué hijos de puta!!

Total, que el que nos lo dijo (se llama Scott, por si a alguien le importa) se encontró con 4 Latinos enfurecidos (habiá otro más pero a él no le importaba mucho) por habernos engañado y luego chantajeado. Vale, ellos aún están dentro de la ley, pero no puedes marear así a la gente. Decirles a finales de febrero qeu se van a la puta calle y luego decirles: "Ah, no, me equivoqué, aún te necesito". Típica falsedad inglesa. Y encima quieren que estemos contentos porque tenemos 4 meses más de curro (en este infierno de sitio).
Le intentamos explicar que la única forma por la que nos quedaríamos hasta octubre sería con ciertas condiciones. Y nos comentó que intentaría buscar más alicientes para que nos quedemos. Pero estábamos demasiado mosqueados para callar, pero sabíamos que no era el momento de decirle las cosas como se las diríamos a un español o a un italiano (aunque a Willy se le notaba el enfado).

Al final nos prometió que quedaría con nosotros la semana que viene, y que esperaba conseguir algo mejor para nosotros. Quién sabe si cumplirá su promesa.

martes, 15 de abril de 2008

No sé qué me pasa...

El fin de semana ha sido un poco raro. Es como si una enfermedad extraña me hubiese abordado y no me dejase pensar coherentemente. O, mejor dicho, no me dejase sentir coherentemente.

Todo empezó el viernes. Me pedí la tarde libre para ir a dos entrevistas en SONY (ya que estaba...), así quedé con Yukiko para comer. Estuvimos como hora y pico hablando de nuestras cosas y de nuestros respectivos. Acabé las entrevistas y quedé con Derren para tomar algo con los de su curro. Y mientras estaba allí, escuchando las conversaciones y observando las intervenciones de cada uno, empecé a sentir una especie de "¿Qué coño hago yo aquí?". La incoherencia continuó de camino a casa. Él estuvo muy hablador (extraño en él, a menos que esté muy relajado o haya bebido algo) y mientras iba hablando, me daba cuenta que le miraba a la cara y mi mente seguí pensando: ¿Qué coño hago yo aquí?". Era como si estuviese hablando con un amigo, con un familiar, pero no con mi pareja. Era como si a mi subconsciente ni siquiera le hiciese gracia las bromas que explicaba. Era como si alguien que me odia mucho me hubiese poseído para hacerme sentir eso sobre mi pareja. ¡Dios, qué horror!

Es anoche no dormí muy bien, que digamos. Me desperté yo creo que cada 15 minutos, hasta que me cansé de despertarme y conseguí dormir durante dos horas seguidas. Me levanté con la sensación de que tenía demasiadas cosas que hacer (y, de hecho, tenía que hacer el p*** trabajo final del Módulo 1 de mi máster, que no era moco de pavo, y que me tenía hasta las pelotas). Fui al salón y volví a sentir como ese diablo en mí me poseía y me hacía sentir algo así como repelencia al ver a mi pareja en ropa interior y con cara de dormido. Esa imagen que siempre me producía ternura, ahora la encontraba algo repulsiva. "No pué ser...", me decía a mí misma.

Intenté no darle importancia, pero la molestia seguía allí. Su usual "Are you ok?" me sacaba de quicio (vale, siempre me ha sacado de quicio, sobre todo cuando lo pregunta cada vez que le miro a la cara, pero esta vez era... demasiado quicioso). Y, como tenía cosas que hacer, preferí distanciarme un poco y concentrarme en el trabajo del máster... y puede que también esperase a ver si, por una de esas casualidades de la vida, se daba cuenta y me decía algo. De esa forma, sería más fácil para mí hablarle de mi "enfermedad" y ver si juntos encontramos una cura. Pero en todo el fin de semana no dijo ni mu. Observé un par de veces por el rabillo del ojo que me miraba curioso, como si sospechase algo, pero no decía nada.
El domingo por la tarde, me sentía un poco mejor. Tal vez es porque había avanzado mucho en mi trabajo del máster y me sentía un poco aliviada, pero él parecía empezar a contagiarse por su propia "enfermedad" de ensimismamiento (la suele pillar cada pocas semanas), así que, pensé que lo mejor sería irse a dormir y, como decía mi abuela, "mañana Dios dirá". Esa noche, cuando nos metimos en la cama, noté que me abrazaba de una forma especial, como si supiese que, con ese abrazo, mi enfermedad se curaría, y contestó a mi usual "te quiero" con un "te quiero, amor" que no había escuchado muchas veces. Y, entre pensamientos, me quedé dormida.

Al día siguiente, me levanté con la sensación de que esta semana sería distinta. Aunque estaba cansada, bastante falta de energía. Después de la ducha, volví a la habitación a despertar a la otra persona utilitaria del baño y, milagrosamente, su cara de dormido me volvió a despertar el sentimiento de ternura que había perdido. Fue entonces cuando descrubrí que, seguramente, me sentía tan cansada porque mi cuerpo, animado por el tierno abrazo de la noche anterior, había luchado en contra de la enfermedad; había acabado con ella. Decidí no tirar cohetes, por si la enfermedad me pillaba en la retaguardia y decidía volver a mí. Sería un día largo de trabajo, así que estaba más o menos convencida que, si tras el atónito aburrimiento del día, seguía sintiendo la llama ardiente al regresar a casa, significaría que estaba finalmente curada.

Y, para mi sorpresa, él llegó a casa con un ramo de tulipanes (por fin no eran solo rosas). Debió notar mi espeluznante cara de asombro porque, cuando le pregunté que por qué lo había hecho (quién sabe, a lo mejor le sonsacaría algo romántico del palo: "he estado fijándome todo el fin de semana y te he visto triste, cariño", o algo así) intentó chapurrear una frase en español que casi provoca el efecto ditinto al que él quería: "Para... mi novia po' que es muy guapa".
Sí, estaba curada. Totalmente. Me hizo gracia, me enterneció, me dieron ganas de comérmelo a besos.
Aunque mi Curri-diabla interior seguía gritándome: "Si es que, qué bien lo saben hacer los hombres cuando quieren, ¡los muy joíos! ¡No te fíes!"

viernes, 29 de febrero de 2008

Me voy al paro

Lo veíamos venir. Bueno, no lo veíamos venir así exactamente, pero sabíamos que algo chungo estaba pasando. Después de que los dos mandamás de la empresa presentasen su dimisión, sabíamos que volvería a pasar lo mismo que hace tres años, cuando me uní a Eidos.

Y así nos lo han dicho. Reestructuración de la empresa y eliminación de (al menos) 200± puestos de trabajo (reducción de empleados de 1000 y pico a 800 y pocos). Sobre todo con la brillante idea de trasladar el grupo de Producción (es decir, testeo y productores) a Montréal (Canadá). ¿Lo qué? Pues eso. Ahora los nativos franceses, italianos, alemanes, españoles, tendrán que cruzar el atlántico para poder trabajar testeando juegos. Y, lo mejor de todo, los pobres canadienses tendrán que recibir clases particulares de "teoría del fútbol", ya que por esas tierras no son muy conocedores de este deporte tan común a este lado del atlántico (por no decir, lo famosísimo que es también al sur de ese mismo continente).

Y me ha llegado la hora, pues, de centrar mis energías en econtrar algo mejor. Tal vez sea esta mi oportunidad de que las agencias, como conocen la situación actual, por fin escucharán mis plegarias y me ofrecerán ese trabajo extraordinario y tan bien pagado que está esperándome a la vuelta de la esquina. O tal vez haya llegado el momento de dedicarme a hacer traducciones freelance, que para algo es el motivo que me trajo a estas tierras.

Sea lo que fuere, es a su vez una gran putada y un gran alivio. Estoy relajada. He aprovechado el momento de... llamémoslo ira racionalizada, para enviar más currículums, o más bien, para continuar enviando currículums a las millones de agencias con las que ya había contactado, y también a amigos que tengo en otras empresas para que estén alerta de lo que pudiera surgir para mí. A ver qué pasa.

domingo, 6 de enero de 2008

Máster en Traducción Audiovisual

Suena bien, ¿eh? Pues es lo que he decidido ponerme a hacer ahora.

Después de tres años aquí siento como si el cerebro se hubiese apalancado y decidiese que no quiere trabajar más, que está muy a gustito ahí, calentito, sin que nadie le moleste, que se está haciendo viejo y que le dé a otro las tareas de pensar...

Así que, le he pedido un préstamo a mi padre (3500 eurillos, ¿cómo suena eso?) y me pongo a hacer un máster por internet sobre más de traducción. En principio hay una parte que es de videojuegos, así que supongo que para mí será coser y cantar. Pero también hay una parte de traducción multimedia, que nunca he hecho (o, por lo menos, que yo sepa), además del doblaje y los subtítulos, que necesito otro repasón si quiero acabar en ese mundo. Además, es una forma de "oficializar" lo que he aprendido en estos tres años de videojuegos.

Empieza la semana que viene, a ver si me da tiempo a enviar los papeles y demás y puedo empezar.