lunes, 16 de junio de 2008

El fin de semana

Bueno, pues Vanesa se fue el domingo, pero vaya fin de semana extraño.


Primero el viernes, que quedé con ella para que fuese a su entrevista. Habíamos quedado en que el viernes vendría a recogerme a Wimbledon, iríamos a casa y luego la acompañaría a la entrevista. Le dije que itnentara evitar en la medida de lo posible la ruta de la District Line porque no sólo era más larga sino que suele tener muchos más problemas. Pero como no estaba segura de cómo usar la otra ruta, cogió la District Line... y poco antes de llegar a Wimbledon cancelaron todos los trenes. Genial. Así que tuve que explicarla cómo llegar hasta Wimbledon en bus y luego iríamos a casa. Así que tuve que esperar casi una hora para encontrarme con ella. Al final llegó, nos conocimos (me reconoció ella a mí primero) y empezamos a hablar como si nos conociésemos de toda la vida. Llegamos a casa, hice algo rápido de comida y salimos hacia la entrevista. Llegamos 20 minutos tarde, porque el retraso del metro nos afectó a todo. Salimos de la entrevista y quedamos con su novio/ex o lo que fuese y me pareció bastante estupidillo y maleducado. Pareció molestarse porque estuviese yo allí, cuando es él el que deshizo todos los planes que ella y yo teníamos para el fin de semana. Tensión. Tensión durante todo el rato que estuve ahí.

Hice lo que tenía que hacer y quedé con Derren para ver el partido de Holanda-Francia en Soho. Victoria impresionante de Holanda. Nos quedamos a tomar algo, volvimos a casa y, bueno, todo normal. El sábado habíamos quedado con Pablo y Arnaud para ver el partido de España en su casa, y Vanessa iba a venir con nosotros. Yo quedé en que ella me avisaría cuando viniese a reunirse con nosotros porque habíamos quedado a las 2 en casa de Pablo para comer. Me avisó que estaba de camino bastante tarde, y le di unas cuantas indicaciones sobre cómo llegar a Colliers Wood... que no debería tardar más de una hora. Una hora después de que me avisase, fui hacia la estación, con Derren, y esperamos tomándonos una cervecita. Pasó una hora y no sabía nada de ella. Me escribió un mensaje preguntándome cosas para el Chris ese pero seguía sin decirme por qué tardaba tanto. Al final, llegó y parecía muy hecha polvo. Se quedó un rato hablando con él y al final, cuando se fue, ella empezó a llorar. Que habían cortado y que era su culpa porque ella le había escrito un sms a otro chico y el otro se puso furioso. Bueno, sí y no. El no es quién como para curiosear los sms de nadie y mucho menos romperle el móvil... El caso es que se montó un follón impresionante. Y aún teníamos que ir a casa, dejar su maleta y dirigirnos a casa de Pablo y Arnaud que los pobres llevaban esperando desde las 2.
Llegamos justo en el momento en que ambos equipos estaban en el campo y estaban ya con los himnos. Ganamos el partido y nos volvimos a casa porque Vanesa estaba muy hecha polvo.
Al final se compró el billete para volverse al día siguiente, o sea, hoy, y esta mañana la he acompañado hasta Wimbledon para que cogiera el tren.
No he tenido demasiado tiempo de estar con ella ni de conocernos. Es una pena.

Un fin de semana raro, que se junta con el ambiente aún más raro y agobiante que se respira en Eidos...

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