Una de las mejores cosas de las que puedo disfrutar mientras estoy en Mallorca es de mi sobrina
Elena, la hija de mi hermano. Tiene año y medio y es más pilla... De momento no habla, solo grita, ríe y corre. Corre mucho. Me gusta, porque está muy bien educada. Sabe si ha hecho algo malo, porque se queda quieta, mira hacia abajo y ni llora ni nada, como si estuviese esperando a que le echases la bronca. Muchos niños tendrían que aprender.

Lo que siempre descubro y me sigue sorprendiendo es que, en general, hacer fotos a niños es bastante duro. No tan duro como aquella vez que hice fotos a los fuegos artificiales, pero se le acerca. El fondo, ambas cosas son muy imprevisibles y, sobre todo, no paran de moverse :) Pero así voy cogiendo práctica para cuando me toque hacer fotos a mis hijos (por favor, ¡que me salgan tranquilitos!).
Bueno, me hacía ilusión contar sobre ella, ya que sólo la veo cada muchos meses y cada vez me parece más guapa y, sobre todo, más personita.
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