jueves, 26 de junio de 2008

El último día

Hoy finalmente he dejado Eidos. Acabé de empaquetar todas mis cosas, me despedí de la gente, me despedí de mi mesa, el sitio que me había acogido durante los últimos dos años y medio. No ha sido una decisión fácil, porque he aprendido mucho en Eidos, he tenido compañeros geniales y, sobre todo, me lo he pasado muy bien. Pero el final ha sido bastante forzado, estresante, con insistencias y repeticiones.
Sinsistiendo e insistiendo en que me quedara como "lead" (gestora de proyectos). Después de haberle dicho a la jefa del departamento que me iba, al día siguiente (o sea, ayer) me llamaron para que me fuera a reunir con ellos (Caroline y Richard) e intentaron persuadirme otra vez de que debía quedarme. Me sentí bastante mal, porque parecía que, cualquier otra opción que escogiese, me llevaría al infierno o algo así. Es como si no quisiesen escuchar, como si pensasen que soy idiota o algo así. Insistieron en que me arrepentiría y de que estaba tomando la decisión incorrecta. Les dije que, como no me podían prometer nada, no quería quedarme ahí, esperando a ver si, por si acaso, alguien por fin iba a crear el puesto que me habían anunciado... y también insistieron en que, bueno, si no puede ser, siempre me puedo ir en noviembre. Lo cual me convencía aún más de que no tenían demasiada intención de forzar la creación de ese nuevo puesto, al menos no por el momento, porque preferían tenerme como lead y punto. Les dije que no y que la decisión la tomaba y que sería consecuente con los resultados, pero que al menos sería feliz por hacer lo que yo quería. Me dijeron que me lo pensase un día más (aunque les dije que no hacía falta) y me fui.
Cuando llegué a mi mesa, arnaud y Pablo estaban allí y no pude evitar ponerme a llorar. Me preguntaron si estaba bien y no pude evitarlo. Estuvimos hablando durante un rato y me dijeron que, ante todo, yo era la que tenía que tomar la decisión y que si había conseguido tantas entrevistas no era porque era una inútil y que conseguiría trabajo en otro sitio, si lo quiero.

No podía más; me daban ganas de ir a ver a Richard y decirle que no soy idiota y que si quiere a un tonto que le haga el trabajo sucio pues que se busque a otro, porque yo estaba hasta las pelotas de lo mal que la compañía trataba a la gente que trabaja duro.

Escribí mi carta de resignación y la guardé para enviarla al día siguiente (¿No me habían dicho que me tomase la noche para pensármelo? Pues hala, me tomo el tiempo). Me faltaban muchas cosas por llevarme, porque... ¡Dios!, ¡cuántas cosas tenía en la oficina! Empecé a regalar cosas que no me podía llevar a la gente de la oficina. Por la tarde, dejaron irse a los que habían dicho ya que no querían quedarse, pero a mí no. Pero al final le pedí a Caroline si me podía ir (a las 17.30h); y me dijo que sí; y me fui.

Al día siguiente, volví a la oficina para acabar de recoger mis cosas, me despedí de los que me faltaba por despedir, devolví mis tarjetas, cogí mi mochila (cargada hasta arriba de cosas) y me fui. No tuve que apagar la luz porque había gente trabajando, pero diríamos que me faltó poco, sobre todo por la fomra cómo habían pasado las cosas en las dos últimas semanas. Confusión continua, sí, no, a ver qué me ofreces, lo siento no lo quiero...

Acaba una etapa que empezó hace tres años y medio cuando conseguí el empleo (y dejé el maldito restaurante). Una etapa de aprendizaje, mucho aprendizaje, diversión, frustraciones, emociones, enfados y bueno, aún más aprendizaje. Si me pongo a pensar, tal vez hay cosas que cambiaría, tal vez pequeños detalles como hablar más con esta persona o menos con la otra, pero seguiría haciendo las mismas cosas, aunque tal vez intentaría aprender más ^_^

Ahora tengo que empezar mi nueva etapa, en la que todo dependerá de mí y de mi esfuerzo. Pero lo más importante de todo es que ha sido mi decisión y estoy contenta por ello.

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