miércoles, 27 de octubre de 2004

Lo bueno, si breve, dos veces bueno

Bueno, empecé en el restaurante español, en Putney, y la verdad es que me gustó mucho. Estaba muy a gusto, la gente era agradable y eran casi todos portugueses: el chef era Polaco, pero era majo, y la mayoría de los pinches eran portugueses o brasileños, la dueña era portuguesa y sólo había otro chico español, que había nacido en Londres. Así que, me hicieron sentirme como en casa. Trabajé viernes y sábado, y me sentía bien. El domingo tuve libre, así que fui a comer a casa de Elana y Joe, a la espera de que me llamen otra vez del restaurante para que me digan si me quieren o no.

Hoy es martes y acabo de ir al restaurante donde estaba empezando mi nueva vida... Y me han dicho que no hace falta que vuelva, que no me necesitan... y pa' encima van y, ¡¡¡¡¡me pagan SOLO 29 libras por trabajar 14 horas!!!!! (vamos a libra y poco la hora) Ay, madre, ¡si es que me engañan como a una tonta! Bueno, en fin, ellos se lo pierden. Mirándolo por otro lado... casi que mejor, porque estaba un poco lejos de donde vivo yo (una media hora en bus) y por las noches, cuando acababa, no había bus y tenía que coger un taxi (SEÑORES, ¡¡¡¡¡9 libras por un trayecto de 10 minutos!!!!!) o esperar el bus nocturno y tardaba hora y media en volver a casa (el sábado me metí en la cama a las 3:30am, y sin salir de juerga, palabrita del niño Jesús).
Pero por otra parte... la verdad es que me da penita porque la gente de allí era muy maja (la jefa tb, no era ogro ni nada, sólo un poco seria). Vamos, que me llevo un buen recuerdo y más experiencia de trabajar en restaurantes... Lo único malo es que cada restaurante va diferente, así que voy a tener que aprender de nuevo el orden de las mesas, a poner la mesa, a aprenderme los nombres de los platos... en fin, que inglés no sé si aprenderé pero la memoria la voy a tener hipermegadesarrollada!!!! Juas, juas, juas.

Pero anoche llamé a una antigua profesora mía, que me dijo que necesitaban traductores en su agencia en Barcelona, y me dijo que le enviase el CV, que de momento estaban sólo reuniendo currículums y luego verían qué pasaba. No sé, puede que sea una oportunidad, aunque lo mismo tendría que volver a Barcelona. Pero primero tengo que hacer una prueba de traducción, bastante larga, para que me consideren. Y luego, Dios dirá.

Y, bueno, viendo los anuncios tan penosos que hay en la tele en este país (porque si pensáis que la tele española es mala... esperad a ver la inglesa... que es MALA, MALA, ¡¡con ganas!!), voy a ver si me dan una "chance", como dicen aquí (oportunidad), en el mundo del advertising... a ver si les convenzo, con la excusa de que aquí intentan integrar a todas las razas, culturas, pueblos, bla, bla, bla... y que, claro, ¡¿cómo no me van a dar una oportunidad a mí, ciudadana de la CE?! Si cuela, cuela..., ¿no?

Y no me queda remedio que seguir buscando donde sea. Esta noche pillare las páginas amarillas y a ver si encuentro agencias de traducción, que pa eso es pa lo que he venido. Y, bueno, si alguien tiene algo que ofrecerme... ¡Aquí estoy!

martes, 26 de octubre de 2004

Atacó de nuevo...

¡Dios mío lo que me pasó ayer! ¡Madre mía, cuando se lo cuente a la Núria...!

No si ya me lo decía ella: "Nena, que vagis alerta amb el Joe, que aquest t'atacarà de nou" (Nena, que tengas cuidado con Joe, que atacará de nuevo). Pues sí. Y atacó. Todo empezó...

Todo empezó hace dos años, cuando Núria (mi amiga de la uni) y yo vinimos a Londres un verano a pasar dos meses (aunque ella se marchó al cabo de un mes porque decía que aquello no era para ella). Resulta que el Joe (sí, el marido de Elana, con los que estuvimos viviendo y con los que conviví la primera semana), me pilló un día por banda... me acuerdo como si fuese ayer: me llevó en coche hasta el parque de Richmond, y bajo unos árboles me confesó que estaba enamorado de mí y que tal y que cual... Ya, vale, ¡¡¡pero esque el hombre tiene 55 años!!! ¡Que podría ser mi puto padre! Y encima, ¡yo estaba viviendo con él y con su mujer! ¡EN LA MISMA CASA! ¡QUE EL TÍO TIENE UNA HIJA QUE YO LA CONOZCO! Jooodeeeerrrrr... Bueno, no me acuerdo en verdad de toda la conversación porque... si soy sincera, del susto que me entró... pues... la verdad es que tenía ganas de ir al baño y... bueno... que me moría de retortijones mientras el tío hablaba y yo me tenía que concentrar demasiado en la respiración para no... cagarme encima, vamos (hala, ya lo dije). Pues eso, aquel día me empezó hablando de que si él se sentía como aquel árbol de ahí, que sus ramas tocaban las otras ramas y él era un álbol y yo el otro (sí, claro... tú flipas chaval). Al final, le tuve que decir que se dejase de historias y que me llevase a casa (no lo dije así de directo, pero me faltó poco).

Pues ayer, me invita a una cerveza a un pub, solos... "¿Dónde está Elana?" "Ah, no sé, tenía cosas que hacer" (Ya, claro... y yo me lo creo). Y me empezó con la historia de siempre... Me agarra de la mano, y me empieza a decir que había estado dos años pensando en mí y que (no os lo perdáis) ¡¡¡creía que yo también sentía lo mismo por él!!! (perdón por la expresión pero: O sea, superfuerte)... Y que no entendía cómo yo no le quería como pareja (bueno, es evidente, ¿no? ¿Porque tienes la edad de mi madre?), y que (¡esto es lo mejor!) si alguna vez quería echar un polvo, que no tenía más que decírselo, que él lo deseaba y que bla, bla, bla... Y yo esque no podía. Me entró la risa y esque me parecía maleducado reírme en su cara, pero esque en serio, ¡¿pero qué coños se cree este tío?! Que por mucho que las inglesas sean unas calentorras, que no, ¡leñe!
Y yo venga a decirle que no, que estás casado, que es que además, que no me atraes (me da, más bien asquete), y que eres muy mayor y que, ¡podrías ser mi padre! Y me empieza que ahora estoy en Inglaterra y que tenía que pensar como los ingleses y que por eso no tendría que poner como excusa que esté casado con Elana. Buenoooo... Pues le metí una bronca de flipar. Y después de una hora de echarle bronca, va el tío y me dice que yo me lo pierdo, porque "él sabe lo que a mí me gusta y seguro que me haría sentir cosas que nunca nadie me había hecho sentir"... Sí, es verdad, me haría sentir ¡ASCO! (Dios, solo de contarlo ahora... ¡puaj!).

Pasé de todo. Es que me la suda. Le dije que si se le ocurría acercarse a mí a más de medio metro, que se la armaría bien gorda. Pero él seguía con lo suyo. Me quería convencer diciéndome que Elana le había puesto los cuernos 3 ó 4 veces, y que cree que es normal que las parejas se pongan los cuernos. Y le dije: "Vale, ella te ha puesto los cuernos 3 ó 4 veces... ¿Y tú? ¿Cuántas? ¿25? ¿50?" Y se puso a reír... y no me contestó (quien calla, otorga. Amén)
No me extraña que para él sea normal poner los cuernos si esque, ¡se ha pasado toda su puta vida haciéndolo! Y bueno, seguí con mi retaíla de: "No está bien y no pienso romper la confianza que tengo con Elana porque la aprecio mucho" y de "Mira tío, no tienes nada que hacer, ni aunque fueses el último hombre del planeta". Y él seguía con la suya de: "algún día te arrepentirás y me vendrás a buscar porque yo sé lo que quieres" (¡Aaaagh! ¡Dios!)

Ah, y lo más fuerte, que me dijo que como yo llevaba 6 años sin novio y sin... follar, que ahora era mi oportunidad... ¿Pero de qué coño va? ¿Qué se piensa, que soy una mosquita muerta? Ay, majo si tú supieras lo que aprovecho yo el tiempo... Lo que pasa es que seguro que tu mujer no quiere nada contigo porque debe ser asqueroso.

Pero bueno, de todo se aprende. Y me he dado cuenta de que puedo enfrentarme a situaciones así de incómodas con bastante madurez y buena cara (y, sobre todo, buen humor).

C'est la vie!

miércoles, 20 de octubre de 2004

No es oro todo lo que reluce...

El sábado por fin me mudé a la casa con la familia portuguesa. Se hace un poco raro vivir en un sitio con una famili con sus hábitos y demás, y tú ser un poco el intruso :-)
Pero ya empieza a haber cosillas que me ponen... nerviosa. Como por ejemplo los dos hijos, que se despiertan a las 6 de la mañana para ir al cole (la niña) y a currar (el hijo) y tiran de la cadena del báter que está justo en la cabecera de mi cama... Y la verdad es que fastidia. Sobre todo porque hay un baño abajo, y podrían ser un poco considerados, ¿no? Yo siempre intento no meter ruido, ni siquiera al subir o bajar las escaleras cuando todos están dormidos. Ah, y la niña, debe estar en plena crisis de adolescencia porque está siempre quejándose y discutiendo con su madre y su hermano (en portugués, aunque no entiendo un pijo)... y cuando se enfada mucho, insulta en inglés. Yo flipo.
Y luego, la nevera, que la tengo en la habitación y está bien, porque así nadie te roba la comida, jejeje, pero por na noche hace ruido y si no me duermo en 10 minutos, me despierta. A ver si me acostumbro ya de una vez.

La entrevista el miércoles (con Mr. Juan) fue muy bien, y el jueves me llamaron del hotel para decirme que me habían cogido. Les pregunté que cuándo empezaba y me dijo la mujer (la "assistant") que cuando quisiera, que cuándo estaba disponible. Le dije que me daba igual, que cuando me necesitaban y que me iría mejor si es el lunes porque así tedría un poco de tiempo para buscar un piso más cerca del trabajo y ella me dijo que si me iba bien este lunes o el siguiente, que cuando quisiera... Así que le dije que le llamaría el fin de semana y le diría cuándo... le llamé el sábado pero me dijeron que el jefe no estaba hasta el lunes... Así que volví a llamar el lunes: Le han dado mi puesto a otra persona porque pensaban "que no quería el curro"... ¡¡¡¡¡POR DIOS!!!!! ¡¡¡Pero si en ningún momento dije que no!!!! Es más, la tía me repitió tres veces si quería el puesto y tres veces le dije "Yes, of course!!". De verdad que a estos ingleses no hay quien los entienda... Bueno, después de hablar con medio hotel (me pasaban de uno a otro...) resulta que el que me hizo la entrevista no trabajaba hoy y la "assistant" que me llamó el jueves (Mr. Juan) no trabajaba ya en ese hotel... ¡¡¡De chiste!!! Y ni siquiera se molestaron en volverme a llamar el viernes para decirme que no era broma, que me necesitaban urgente, ya y que no podían esperar al lunes (vamos, que una dice blanco y el resto dice negro...). Bueno, mañana llamaré y a ver si puedo hacer algo... pero no entiendo cómo pueden pasar estas cosas aquí, en la supuesta "England", la madre del orden y el país que ayuda a sus trabajadores... Sí, claro.

Hoy he regresado a la agencia que me ayudaba a buscar trabajo y me ha dado otra entrevista para mañana por la tarde, en un restaurante español... a ver cómo va.
Por lo demás... el tiempo sigue fresco... Bueno, hoy ha salido el sol un rato... y se estaba genial... Pero cuando llueve y esas cosas... ¡Te mueres!... Es como pleno noviembre en Mallorca... ya me he tenido que comprar un abrigo y dos jerséis porque lo que me llevé de casa no sirve para nada, jejeje.

¡¡¡¡HAY QUE ABRIGARSE!!!!

jueves, 14 de octubre de 2004

Maldita mujer

Bueno, dejé el trabajo en el mejicano. La señora manager era una hijaputa malparida. Perdón, pero esque no tiene otra definición. Sólo con la forma como me miró la primera vez supe que no nos íbamos a llevar bien. Sobre todo porque las personas engreídas y arrogantes, y encima gilipollas no me caen bien. Bueno, más que no caerme bien, me disgustan. Y a ésta me daban ganas de meterle un sopapo de campeonato, o decirle una retaíla de insultos que la dejase tiesa, porque se lo merecía, por maleducada. Pero no me podía arriesgar a hacer el primero por si me pillaba la poli (no es bueno empezar en un país en la cárcel) y en cuanto a la segunda... no conozco tantos insultos ingleses como para quedarme a gusto (y si la insulto en español, le dará igual porque, total, no entendería nada). Así que me quedé con las ganas.
Primero, el viernes, se suponía que tenía que estar sólo 3 horas y que luego me diría si tenía que volver al día siguiente o no. Pues una hora después de que mi tiempo de prueba acabase, y ya harta de que la mujer me ignorase, le fui a preguntar si me podía ir, que había pasado una hora desde que se suponía que tenía que haber acabado. Y me miró, como siempre, de abajo a arriba, y me dijo que sí, y que podía volver al día siguiente.
Hecha polvo y un poco desanimada por la falta de respeto de la mujer (y por yo ser una estúpida y no haberla dicho a tiempo que mi tiempo de prueba había acabado), me volví a casa en uno de los últimos metros con un olor asqueroso a fajitas y pollo frito. Los dueños de la casa ya estaban dormidos así que me metí en la cama (Joe había desplegado el sofá-cama por mí) e intenté descansar.

Al día siguiente (sábado), por la noche, volví al restaurante y la estúpida mujer siguió con su retaíla de arrogancia y malos modos, gritándome no solo a mí sino también a los otros camareros. El chef gritaba desde la cocina el nombre del plato (imposible de entender: un polaco pronunciando en inglés nombres de comida mejicana) y luego "Chop, Chop" cada vez que dejaba un plato en la repisa para que lo recogiéramos y llevásemos a la mesa respectiva. Tomar nota de lo que los clientes querían también era harto difícil, ya que los burritos eran "buítous", las fajitas, "fahíta", la cerveza Coronita, "courouna"... y todo esto en un restaurante en el que la música aturdía al más escandaloso (y no eran precisamente la jefa ni el cocinero los que más chillaban allí).
Una de las veces que estaba llevando las cervezas a una mesa (que, por cierto, estaban tan juntas unas de las otras que cuando dos clientes en mesas opuestas se sentaban, no había sitio entre las sillas para poder pasar), una tía medio borracha, me golpeó la bandeja con las cervezas, y se me volvaron, aunque fui lo bastante rápida como para agarrar una de ellas que se le caía a la cabeza de la "empujona"... pero ojalá la hubiese dejado caer. Y encima, la jefa, me empieza a gritar y a llamarme useless (inútil) y a reírse de mí. Y no lo podía soportar. Uno de los camareros (creo que era colombiano) me dijo que no me preocupase, que ella le hablaba así a todo el mundo. Pero eso no mejoró mi humor, sino que me puso todavía peor. ¡Con lo que odio yo las injusticias! Y saber que alguien es tan arrogante como para tratar a la gente así, solo porque vienen de otro país y necesitan trabajo... no lo puedo soportar.
Acabé la noche como pude y me fui a casa en el último metro (de poco no lo pierdo, porque la tía no nos dejaba marchar), destrozada física y anímicamente.

Al día siguiente hablé con Elana y Joe y me dijeron que no fuese tonta y que dejase el trabajo. Pero sabía que me arriesgaba a no cobrar lo trabajado. Pero decidí darle otra oportunidad y volví al restaurante el domingo. Pero nada cambió. No recibí nada bueno de la mujer, y el chef polaco era igual que ella, gritando a la gente y riéndose de los demás. Así que, en el metro de vuelta a casa, decidí que dejaba eso, que hay miles de restaurantes y que seguro que en otro estaría aún mejor. Además, el lunes tenía la interpretación, que me interesaba mucho más y me iba a dar mucho más dinero.

El lunes, dediqué la mañana a comprarme ropa para la entrevista y hacerme una lista de materiales metalúrgicos (jamás se me habría ocurrido meterme en metalurgia, así que, no tenía ni idea de los términos) que me aprendí de camino a la interpretación. También pasé por el restaurante y le dije a la mujer que lo dejaba, y me dijo que entonces no me pagaba, porque tenía que haberla avisado con tiempo y me dijo que tenía que trabajar una semana para cobrar, pero me dio igual, le dije que se metiese el dinero por donde quisiese que no ib a trabajar una semana en esas condiciones. Así que, he estado trabajando dos días sin cobrar un duro... bueno, una pound que me encontré en el restaurante, pero no me importa, ahora no me importa porque... hacedme caso, no dejéis nunca que nadie os hable mal, por mucho que os pague, y menos si no es el trabajo del que depende vuestra vida. La parte positiva es que me han enseñado (más bien he aprendido yo, porque ellos no me han dicho ni cómo se servían los platos...) a llevar un montón de platos en equilibrio y a trabajar con 50 ingleses de pie que no te dejan pasar ni aunque les tires la bebida encima, jijijiji. Mañana iré a buscar otra cosa, seguramente algo en lo que trabaje menos horas, aunque me paguen menos... Porque ahora no tengo tiempo ni de mirar piso... ni siquiera casi de hablar con mis amigos, donde me alojo... y eso es muy triste.

Pero era lunes y me tenía que concentrar en la interpretación. Creía que llegaba tarde a la cita, en un hotel en New Bond Street, pero por suerte el metro estaba jodido para todos igual, así que el cliente llegó más tarde que yo, y su cliente aún más tarde. La interpretación fue... extraña. Me costaba seguirlos, ya que hablaban muy rápido y de cosas muy raras, pero el cliente español me decía que no había problema, que él los medio entendía y que solo me quería ahí para un "por si acaso". Y fue muy bien, o eso me pareció. Y me dijo que me necesitaba al día siguiente también, porque había otro cliente que no había podido quedar con él aquél día. Así que, por mí, encantada. Me volví a casa, super contenta y satisfecha, y me preparé para el día siguiente (el 12 de octubre... que aquí ni fiesta del Pilar ni leches), en el Hilton en Green Park. Esta vez el encuentro con su cliente fue en la cafetería, con unos camareros sirviéndonos bebidas (y yo flipando con tanto lujo). El cliente era alemán y hablaba inglés con acento americano, así que costó entenderlo :)
No hubo complicaciones y los dos se entendieron mutuamente con mi ayuda y al acabar, el hombre me dio las gracias y ahí quedó todo.
Volví a casa y decidí pasar un rato con Elana y Joe, explicándoles lo que había hecho. Por la tarde, fui a una entrevista para trabajar en un restaurante italiano y me dijeron lo de siempre: "Ya te llamaremos"... y Curri, con su santa paciencia... sigue esperando (jijiji). El mismo día, me llamó el portugués de la agencia y me dijo que sabe de una habitación en casa de unos amigos que podría alquilar. Es una familia portuguesa, muy amable. Tengo mi habitación, con mi tele, mi nevera, mi armario... vamos, no me puedo quejar, la verdad. Esto fue el martes, y me mudaré ahí el próximo sábado.

Y, por fin, esta mañana, mientras esperaba respuestas del restaurante italiano, me llamaron de un hotel para trabajar de recepcionista... ¡¡¡no me lo puedo ni creer!!!! Es para el hotel Meliá en Great Portland Street para decirme que una amiga mía había contactado con ellos desde España y que me hacían una entrevista esta misma tarde (¡gracias Mónica!). Así que, bueno, ¡allí voy!

Siento que me empiezo a acostumbrar a estar aquí, a oír a la gente hablar otro idioma, incluso es como si me estuviese acostumbrando a escuchar el inglés, aunque aún me veo muy perdida, sobre todo con la tele o la radio... esque no me entero de nada, es como si hablasen un idioma que jamás he estudiado. Así que necesito tiempo para acostumbrarme a este sitio y al idioma, porque no tiene nada que ver con lo que te enseñan el en cole.

Muchas cosas pasan en muy poco tiempo. Pero aún quedan muchos misterios por descubrir.

sábado, 9 de octubre de 2004

Londres... aquí estoy.

Bueno, llegué anoche y Naomi (la hija de Elana y Joe) me pasó a recoger por la estación de tren y me llevó a casa de sus padres, y ahí cenamos y me explicaron qué habían hecho en los últimos dos años... y yo les expliqué qué había hecho en los últimos dos años. También estaba Delilah, la perra, que está super grande, aunque sigue tan loca como siempre, jejeje. Bueno, mi primera cena inglesa no estuvo nada mal: trozos de pan pita con diferentes cosas para mojar, y ensalada de tomate, ah, y patatillas, o las impronunciables crisps, como las llaman aquí.

Hacía bastante fresquito cuando llegué. No sé si es normal o es que simplemente me he confiado demasiado y creía que con ropa de "entretiempo" ya bastaba. Pues eso, esta mañana hacía una rasca impresionante, y ni poniéndome toda mi ropa de entretiempo me iba a salvar, así que Elana me ha prestado su abrigo, porque yo solo tengo una chaqueta vaquera (ilusa que soy)... y ningún jersey.

Llamé al de la agencia por la mañana y me dijo que me tenía que pasar por ahí para que me empezase a buscar cosas, así que, bueno, he ido y había un montón de gente esperando. Tardó como una hora en darme algo. Bueno, mi primera prueba, en un restaurante Mejicano, en Clapham North. Y me dijo que fuese a las 4 a hablar con la jefa. Así que volví a casa, me cambié, les expliqué a Elana y Joe la buenanueva y volví a coger el metro para ir a Clapham North. Y como no había comido y estaba hambrienta, decidí probar mi primera delicia londinense: Un kebab. Ya los había probado en Palma, en el Arenal, con mi amiga Carol, que a ella le pirran pero aquí había muchas más clases... no sé, parecen más "auténticos". El caso es que me pedí uno de esos con pollo y el tío me dijo algo completamente inaudible e incomprensible, así que dije que sí (yo qué sé, lo mismo me ofrecía algo gratis). Y para mi sorpresa, el kebab estaba buenísimo pero picaba como un hijoputa. Así que, tres mordiscos más tarde, con lágrimas en los ojos y llorando como una boba, descubrí que las palabras incomprensibles del turco de la tiendan eran: Do you want chilli sauce (Quieres salsa picante). Jo-der. Cuando acabé (15 minutos antes de la entrevista) me notaba los labios como los de Angelina Jolie. Dios, ¿qué narices le ponen a esta salsa?
En fin. Una botella de agua y un chicle más tarde, conseguí calmarme y entré en el restaurante. Hablé con la mánager, una cuarentona con mucha arrogancia y malas formas (y eso que era inglesa, pero el ser "polite" lo tenía en el ojo del culo), que me miró de abajo a arriba antes de decirme nada. Me explicó que tenía una jornada de prueba, esta noche, sin cobrarla. Que trabajaría 3 horas para ver cómo se me da. Así que, bueno, algo es algo. Volví a la agencia para decirle al chico que tenía la prueba y cuando volvía para casa, me llamó por teléfono Miriam, que un cliente suyo iba a Londres a cerrar un negocio y que necesitaban una intérprete, así que dije que sí, super contenta de ver que todo sale bien.

Y esta noche empezaré mi primer trabajo aquí, mi primera oportunidad... Y espero que vaya todo bien, muy bien. Cruzo los dedos.