El caso es que, la semana antes de Navidad, me fui a Palma a ver a mis sobris y mi familia. Aprovechando que, durante el día, mis sobrinos estaban en el colegio, aproveché para trabajar. Ay, madre, quería hacer tantas cosas, y al final poco he hecho. Llegué el viernes, con un poco de retraso, pero bien. Fui a recoger a mis sobrinos al cole para darles una sorpresa... Y se la llevaron. De paso, aproveché para ir a ver a mi tutora de tercero, que da la casualidad de que también es la tutora de mi sobrino Álex. También pasé por primero, donde me encontré con una antigua compañera de mi clase que ahora, ¡era profe de primero! Qué alegría me dio verla, porque hacía mucho que no la veía. Eso sí, no había cambiado nada, je, je, je. Eso sí, estaba embarazada de su segundo hijo. Madre mía, qué rápido va la gente... y qué vieja me siento ;-p
Al día siguiente, sábado, no mucha novedad, pero por la noche salimos a tomar algo... porque yo estaba ya lista, maquillada y perfumada, y se me había chafado el plan, así que, como mi cuñao dijo: "Ya que Curri está lista, podríamos ir a tomar algo". Pero parece que la noche de juerga no me sentó tan bien, porque no dormí nada esa noche. Otra vez con tos. Si es que no salgo de una y me meto en otra.
Para alegría de algunos, el domingo perdí la voz. Bueno, más bien, diría que conseguí una voz de camionero impecable :) Por la tarde celebramos el cumpleaños de mi sobrina con la familia más allegada y la tía Mónica, que aunque no sea familia como tal, es parte de ella.
Esa misma noche había quedado con algunos antiguos compañeros del cole, y así me fui. Lo bueno fue llegar allí y comprobar que no era la única que tenía catarro, así que, todos felices compartimos toses y voz roncas. Recordamos también algunos momentos de nuestra infancia y nos pusimos al día sobre a qué nos dedicábamos cada uno de nosotros. Y, por supuesto, no podía faltar una foto :)
Sí, faltaba mucha gente que no pudo venir, o que ni siquiera estaban en Mallorca, y otros que dijeron que vendrían pero no se presentaron (ejem, ejem). Pero bueno, éramos unos pocos y con eso bastó.
Otra noche en vela, tosiendo lo intosible. Al día siguiente, vuelta al cole para los niños y vuelta a trabajar para mí. Y es que solo faltaban tres noches más para irme. Como siempre, me falta tiempo. O un clon que pueda hacer cosas por mí. Tanto me da.
Y bueno, llegó la hora de volverse (pensé que no podría hacerlo, ya que habían vuelto a cerrar los aeropuertos en Reino Unido por la nieve), de celebrar la Nochebuena, la Navidad, el día de San Esteban (que aquí se lama Boxing Day)... Y ya vamos camino del nuevo año... Y de mis 32.
Así que, antes de que pase más tiempo, aprovecharé para felicitar a todo el mundo estas fiestas:
Feliz Nochebuena, Navidad, Nochevieja y un Año Nuevo aún mejor.
Y que nos os empachéis demasiado con tanta comilona.
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